Aunque no existen estudios recientes que permitan determinar el déficit real de camas y ventiladores que tiene República Dominicana para dar respuesta a la demanda de pacientes que presentan condiciones críticas, las historias contadas por años por familiares de este tipo de pacientes al momento de requerir ingreso, desnudan esa realidad.
En el 2017 se estimaba que el número de camas hospitalarias en el país era de 8,000, de las cuales menos de 500 corresponden a servicios de cuidados intensivos.
El último estudio realizado seis años atrás por la Sociedad de Medicina y de Cuidados Intensivos ubicaba el déficit de esos servicios en un 60% de la demanda, incluyendo mediciones hechas en establecimientos de salud público y privado.
Las normas internacionales de países europeos y las de Estados Unidos establecen que el 10% de las camas de los centros de salud de un país deben estar destinadas a la medicina crítica o de intensivo.
Esta deficiencia, conocida por años en el país, podría llegar a condiciones muy críticas si un importante número de pacientes con coronavirus empiezan a presentar complicaciones que le lleven a ameritar ingresos en cuidados intensivos.
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