Yeyson es un delivery de un colmado ubicado en el residencial Álamo de Santo Domingo Oeste, no quiso ser fotografiado, aunque iba a ser difícil reconocerlo porque su cabeza estaba cubierta con la capucha de un abrigo y su rostro lucía secreto con unos lentes de sol que ocultaban sus ojos y una mascarilla que protegía su nariz y su boca.
Este joven no podía estar mejor salvaguardado, sus manos estaban cubiertas con guantes desechables. Vestía de pantalón largo y unos tenis. Al parecer tampoco le prestaba atención al calor de este día al llevar puesto aquel abrigo blanco.
Y aunque para él, al menos sigue con trabajo, está arriesgando su salud y la de sus familiares por solo RD$3,000 cada quincena, además de que ya no recibe tanta propina porque ante la crisis sanitaria por el coronavirus la gente está yendo más al supermercado que pidiendo al colmado.
“Lo que yo me estoy ganando es una chilata (para definir popularmente que el dinero es poco y no rinde) para todo el trabajo que hay que hacer”, comenta Yeyson, un delivery que no lo piensa dos veces para subir dos botellones de agua a una cuarta planta y luego llevar este mismo pedido a un tercer nivel.
Al preguntarle si no se sentía cansado de tener que subir y bajar escalones varias veces al día, su respuesta fue simple y sin mucho rodeo: “Yo lo hago tranquilo”, en un tono relajado.
Yeyson también trabajaba en un almacén hasta que se suspendieron las actividades económicas no esenciales en República Dominicana para evitar la propagación del COVID-19. Con este otro empleo podía tener mejores ingresos para el sustento de su familia.
Para su buena suerte, como lo describe él, reside cerca del colmado donde laboral. En estos días está trabajando de 8:00 de la mañana a 4:00 de la tarde, que es el horario en el que el colmado está abierto. Se recuerda que el Poder Ejecutivo estableció un toque de queda desde las 5:00 de la tarde hasta 6:00 de la mañana a través de las modificaciones que se hicieron al decreto 135-20.
¿Están recurriendo las personas a los delivery?
Pese a que estos trabajadores informales han sido de los más útiles para que las personas no tengan que salir de casa y puedan adquirir los productos que necesitan, las compras en los supermercados han provocado que como “en casa lo tenemos todo, pedimos muy poco al colmado”, como contesta a esta pregunta Margarita Rodríguez, una joven consultada por Listín Diario.“Como el toque de queda es desde las 5:00 de la tarde, ya uno prefiere todo en su casa cuando va al supermercado. Casi siempre el desayuno y la comida también se hacen aquí con alimentos que hay en la casa”, comenta.
Carolina Pineda también contestó que no recurre a los pedidos del colmado con frecuencia porque cuando va al supermercado trata de comprar todo lo que le hace falta en casa para no tener que volver a salir.
César Pérez dice que él es enviado al supermercado por su mamá. En su casa, solo los botellones de agua son pedidos en el colmado.
Sin embargo, en algunos sectores populares del país, algunos ciudadanos van al colmado porque no tienen teléfono o minutos para llamar al colmado. Otros, no tienen la posibilidad de ir al supermercado con frecuencia, por lo que optan por llamar varias veces al día al colmado, como es el caso de Nikaury García, quien residen en Buenos Aires de Herrera.
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