La prensa española informó este martes que Juan Carlos I, rey emérito español, se habría instalado de manera provisional en República Dominicana, el día después de que se anunciara su exilio de España, una información no confirmada por la casa real.
El monarca, de 82 años, investigado por corrupción, anunció el lunes su decisión de irse de España para ayudar a su hijo, el rey Felipe VI, en el "ejercicio de sus responsabilidades".
La carta dirigida a Felipe VI, publicada en la página web de la casa real, no precisaba la nueva destinación de Juan Carlos I.
El diario ABC se refería el martes de que habría abandonado España para instalarse en República Dominicana, previo paso por Portugal.
La Vanguardia y El Mundo también informaban de que se habría instalado de manera provisional en República Dominicana, mientras que el medio digital El Confidencial apuntaba que se encuentra en Portugal, donde pasó una parte de su adolescencia.
Un portavoz de la casa real, contactado por la AFP, se negó a dar la información sobre el paradero del rey emérito.
"La única información que tenemos es la información que se publicó en la página web de la casa real ayer (lunes). Es la única información que tenemos", aseguró.
Popular durante décadas
El rey Juan Carlos se vio salpicado en los últimos meses tras la publicación en la prensa de Suiza y España de múltiples informaciones sobre el cobro de comisiones presuntamente ilegales de la parte de Arabia Saudí.
El Tribunal Supremo español anunció en junio una investigación sobre estos casos y los posibles delitos del monarca, aunque solo los cometidos a partir de 2014 cuando perdió su inmunidad con su abdicación.
Las sospechas se centran en la comisión de 100 millones de dólares (85 millones de euros) que recibió de manera secreta en una cuenta del Swiss bank en 2008.
Tras múltiples revelaciones en la prensa, el presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, admitió en julio que "estamos siendo testigos de informaciones inquietantes" y que estas noticias "nos perturban a todos, a mí también".
Javier Sánchez-Junco, abogado del rey emérito, publicó el lunes por la tarde un comunicado en que defendía que Juan Carlos no intenta escapar de la justicia y que se pondrá a la disposición de la fiscalía si lo requiere.
Juan Carlos ascendió al trono en 1975 tras la muerte del dictador Francisco Franco y ocupó la jefatura del Estado español durante 38 años, hasta su abdicación en beneficio de su hijo Felipe, en junio de 2014.
El rey emérito gozó de una gran popularidad durante décadas por su rol durante la transición española, pero en los últimos años su figura se debilitó por su comportamiento individual y los casos de corrupción de la familia real, como el que llevó a su yerno Iñaki Urdangarin a la cárcel, le obligaron a abdicar hace seis años.
Comisiones multimillonarias
Juan Carlos volvió al centro de la polémica a partir de diciembre de 2018 cuando la empresaria alemana Corinna Larsen, examante del monarca, declaró a la fiscalía suiza que el rey emérito le había hecho transferencias multimillonarias.
Larsen también explicó que Juan Carlos había recibido una comisión después de que empresas constructoras españolas se hicieran con el contrato de construcción de la línea de tren de alta velocidad entre La Meca y Medina en Arabia Saudita.
La examante precisó a la fiscalía que Juan Carlos le había transferido 65 millones de euros en una cuenta en las islas Bahamas, una donación que, según ella, no le había hecho para ocultar el dinero, sino "por gratitud y amor", dijo en unas recientes declaraciones a El País, que generaron más revuelo en España.
La prensa suiza también informó en marzo de que Juan Carlos había recibido una comisión de 100 millones de dólares de la parte del monarca saudita Abdullah en una fundación de Panamá que servía como una sociedad pantalla a través de una cuenta del Swiss bank.
Ese mismo mes el Daily Telegraph apuntaba que el rey Felipe también sería uno de los beneficiarios de esa fundación panameña.
Felipe VI buscó marcar distancia de su predecesor y anunció en marzo que renunciaba a la herencia de su padre y le retiró su asignación anual de unos 200,000 euros (219,000 dólares).
La imagen personal de Juan Carlos de Borbón quedó muy tocada por esas revelaciones, a las que se suman otros escándalos previos a su abdicación, como cuando se rompió una cadera en una cacería en Botsuana en 2012 durante un safari de lujo pagado por un empresario saudita, en el que estaba acompañado por Larsen, en plena crisis económica en España.
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