Partidos de izquierda y agrupaciones de familiares de víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet conmemoraron este viernes los 47 años del Golpe de Estado que derrocó al gobierno del socialista Salvador Allende, con medidas especiales por la pandemia y esperanza sobre el próximo plebiscito de octubre.
"Yo no olvido, exijo justicia", se leía sobre el lienzo en el que avanzaba la manifestación que reunió a centenares de personas que se juntaron en la plaza de Los Héroes, en el centro de la capital chilena, para llegar al memorial de los detenidos desaparecidos en el Cementerio de Santiago.
La manifestación se realiza todos los años para recordar a las más de 3.200 víctimas, entre muertos y desaparecidos, que dejaron los 17 años en los que se extendió la dictadura de Pinochet, desde el 11 de septiembre de 1973, cuando las fuerzas armadas se levantaron en contra del gobierno de Salvador Allende, quien se suicidó al interior del palacio presidencial mientras era bombardeado por aire y tierra.
Debido a la pandemia y a las restricciones de reunión que existen, la manifestación congregó a menos personas que años anteriores.
Usando mascarillas, tratando de mantener la distancia física y portando las pancartas con los rostros de las cerca de 1.000 personas que aún permanecen desaparecidas, el grupo avanzó por las calles del centro de Santiago, constató un periodista de la AFP. Casi a la misma hora, en el monumento que recuerda a la figura de Allende frente del palacio presidencial, dirigentes de los partidos Comunista, Socialista, representantes de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y otras agrupaciones se reunieron para resaltar la figura del mandatario derrocado, el primer marxista en llegar al poder a través de la urnas.
"El mejor homenaje que podemos rendirle aquellos que dieron su vida por la causa democrática, como el ejemplo del presidente Salvador Allende, es trabajar unidos por un triunfo amplio de la opción apruebo en el plebiscito del 25 de octubre", dijo a la prensa el presidente del PS, Álvaro Elizalde.
En esa elección, planteada como uno de los caminos de salida a la crisis social que se generó tras el estallido social del 18 de octubre del año pasado, los chilenos deben "aprobar" o "rechazar" la redacción de una nueva Constitución, que reemplace a la que se mantiene como herencia de la dictadura.
"Este es un año lleno de esperanza, más difícil y en cuarentena, pero de posibilidades de cambios reales. Primera vez en la historia del país que tenemos al frente la posibilidad real de terminar con esta Constitución pinochetista", afirmó a la AFP Lorena Pizarro, presidente de la Agrupación de familiares de Detenidos-Desaparecidos. DE AFP
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