La noche del miércoles se dio a conocer la noticia de que el periodista Ulises Muñoz fue secuestrado por civiles armados mientras este llegaba a su casa, ubicada en el municipio de Baní, lo que recordó los casos recientes de profesionales de la comunicación que han vivido situaciones similares.
Ayer, Muñoz fue liberado por sus captores y aún cuando este afirma que fue torturado, salió de allí sin ninguna herida visible, suerte con la que no corrieron sus colegas José Silvestre y Blas Olivo.
Caso Silvestre
José Silvestre fue raptado en la cercanías de su hogar, alrededor de las 7:45 de la mañana, cuando se aprestaba a abordar su yipeta en el hotel J y A, ubicado en la intersección de las calles Fray Juan de Utrera con Gastón F. Deligne, por cuatro hombres que le golpearon y luego le dispararon al estómago.
Silvestre fue secuestrado justo cuando se dirigía a los tribunales de San Pedro de Macorís para asistir a una audiencia sobre una litis con el fiscal de La Romana, José Polanco, quien lo había demandado por difamación e injuria, debido a acusaciones hechas por el periodista sobre la supuesta relación del fiscal con casos de narcotráfico.
Su cadáver fue hallado horas después próximo a un estanque de agua, en la comunidad El Peñón en la carretera La Romana-San Pedro de Macorís.
Su muerte se produciría días después de que a través de su programa de televisión anunciara que en la siguiente edición de su revista “La voz de la verdad” difundiría detalles de un reciente homicidio que involucraba a un empresario presuntamente vinculado con el narcotráfico, a quien identificó como “Daniel, el cañón de Samaná”.
En abril del 2018, el empresario Matías Avelino Castro, de 47 años fue hallado culpable como autor intelectual del homicidio del periodista y condenado a 20 años de prisión.
Según las investigaciones de la Procuraduría General, Avelino Castro es la persona a quien Silvestre identificaba en su revista como Daniel y era buscado desde meses atrás por sus vínculos con el trasiego de drogas.
Las autoridades calcularon en ese momento que el supuesto narcotraficante tenía varios negocios y activos por unos 130 millones de dólares, incluido un hotel boutique en la turística provincia Samaná, y un complejo deportivo en asociación con el exlanzador de Grandes Ligas José Rijo.
Blas Olivo
Olivo, fue un periodista especializado en agro y medioambiente, con cerca de 30 años de experiencia y fue asesinado a tiros el 12 de abril de 2015, en circunstancias no esclarecidas por varios hombres que interceptaron su vehículo momentos después de salir de su casa materna en Bonao (norte) con rumbo a su residencia en la capital dominicana.
El cadáver fue encontrado posteriormente con varios balazos en el municipio de Piedra Blanca, Bonao, provincia Monseñor Nouel, mientras que el vehículo fue localizado abandonado en una finca camino a La Vega, al norte de República Dominicana.
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