La reproducción de muchos cultivos y especies vegetales se realiza gracias a la fecundación de las plantas a través de la polinización, cuando el polen que recogen algunos animales es depositado en el estigma de una flor y este baja hasta el ovario.
Según datos de Naciones Unidas, “casi el 90 por ciento de las plantas con flores dependen de la polinización para reproducirse”, al igual que están relacionadas con ella el 75 por ciento de los cultivos alimentarios y el 35 de las tierras agrícolas mundiales.
Existen muchos polinizadores entre aves, insectos y algunos mamíferos: colibríes, mariposas, abejas, murciélagos, hormigas, avispas, moscas, escarabajos, lagartijas y monos.
Ahora, ¿por qué se le considera a la abeja el polinizador por excelencia?
La respuesta nos la ofrece el ingeniero agrónomo Sésar Rodríguez durante su participación en el Encuentro Verde de Listín Diario.
Director ejecutivo del Consorcio Ambiental Dominicano (CAD), Rodríguez aclara, primero, que todos los polinizadores son importantes.
“La abeja se diferencia de los demás porque los demás polinizadores utilizan el néctar para alimentarse. Cuando están llenos, no siguen buscando néctar. La abeja, en cambio, busca el néctar para guardarlo y tiene que volver a buscar más; por tanto, su incidencia en la visita a las flores es mucho más alta que todas las demás. De ahí su importancia para la polinización con relación a otros polinizadores: el número de visitas que hace a las especies que están en flor”.
Gracias a este rol como polinizador, sigue Rodríguez, es el insecto más estudiado del planeta.
Y está lo que hace con el néctar, claro. En su estado natural las abejas hacen enjambres, donde guardan el néctar que recolectan. Los apiarios se construyen para aprovechar los productos que se forman en la colmena, como miel, jalea, propóleo y cera, una producción que depende de esas visitas a las flores que hacen las abejas más allá de su interés por alimentarse.
ABEJAS Y SALUD AMBIENTAL
Rodríguez expresa que la crisis de la biodiversidad fue anunciada hace tiempo por los anfibios, que figuran entre los animales más sensibles del planeta.
“Un medio ambiente contaminado refleja un malestar. Hace 30 años sabemos que están desapareciendo los anfibios, pero como ‘no estamos vinculados con ellos, no nos interesa el tema’; sin embargo, el que estudia la naturaleza sabe que es un grupo importante para la biodiversidad”.
Esa voz de alerta la están dando también desde hace un tiempo las abejas. ¿Y cómo se dieron cuenta?
“Cuando las abejas salen de las colmenas y no regresan”, comenta. Muchas otras variables están relacionadas con la desaparición de estos insectos, sostiene, pero todas tienen que ver con la salud del medio ambiente.
¡BUSCA TU PLANTA!
Para celebrar el Día Mundial de las Abejas, mañana 20 de mayo, el Jardín Botánico de Santo Domingo (JBN) y el Jardín Botánico de Santiago (JBS) se unen a la iniciativa de la Asociación de Organizaciones de Apicultores del Caribe (ACBO) e invitan a sembrar plantas que contribuyan a la conservación de los polinizadores.
Con este propósito, el JBN regalará 500 plantas de la especie Carpodiptera hexaptera Urb. & Ekman a apicultores y público interesado en sembrar. Endémico de la zona seca de la isla y en peligro crítico (CR), a las abejas les gusta este árbol por la cantidad y calidad del néctar de sus flores.
En Santiago. El JBS también destinará 500 plantas de roble prieto (Ehretia tinifolia), guatapanal (Caesalpinia coriaria), campeche (Haematoxylon campechianum) y otras especies apreciadas por las abejas y demás polinizadores.
Los interesados solo deben pasar a recogerlas por estas instituciones.
Esta actividad es una invitación del Consorcio Ambiental Dominicano, el Clúster Apícola Dominicano, la Red Apícola Dominicana y la Comisión Apícola del Consejo Nacional de Producción Pecuaria (Conaprope).
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