Por el enviado especial de RFI a Buenos Aires
"Creo que necesitamos a alguien que esté loco como él para que cambien las cosas", explica Sol, una estudiante tucumana de 18 años instalada en la terraza de un café porteño. ¿Qué cambio espera? "El dólar". Palabras más, palabras menos, en la recta final de las elecciones quienes se disponen a votar por el neoliberal Javier Milei dicen lo mismo. Están dispuestos a abrir una puerta hacia lo desconocido con un presidente que propone una ruptura total con muchos de los consensos que han marcado los últimos 40 años de democracia en Argentina.El principal argumento de quienes apoyan al candidato libertario es que propone dolarizar la moneda y reducir a su mínima expresión al Estado, lo que seduce a amplios sectores de la sociedad, incluyendo a los más postergados en un país con una inflación que se acerca al 140% interanual y una pobreza del 40%.
Es un lugar común encontrar entre los más fervorosos partidarios de Milei a los repartidores de comida a domicilio, que recorren cada día kilómetros en bicicleta siguiendo los pedidos de las aplicaciones. Nicolás, de 21 años, no es una excepción. "El propone capitalismo. Hoy estamos en un gobierno que es socialista. Los repartidores siempre vamos a depender de nosotros. Nadie nos va a defender", explica.
Los más vulnerables ya no parecen esperar demasiado del Estado, que, en épocas de prosperidad económica, gracias a los ingresos por el precio internacional de la soja, podía permitirse una mayor asistencia a los sectores carenciados.En un mercado municipal de alimentos frescos, Facundo, de 17 años, atiende en el puesto de pescado. Vota por primera vez y lo hará por Milei. "Porque me gusta la forma de hablar. Porque espero que traiga dólares", dice. Si no, no espera nada de nadie. "En dos días se me acaba el sueldo", resume. "Me sustento de los animales. Vendo los huevos de la gallina. Me sale bien alguna vez. Está un poquito loco Milei, pero eso no me importa mientras que cambie acá", agrega.
En la avenida 9 de Julio nos cruzamos con Tomás, 24 años, desempleado. El joven destaca otro aspecto que muchos juzgan atractivo, la novedad. "Es alguien nuevo, que no hizo nada malo todavía, no tenemos antecedentes suyos y de los otros ya sí, y estamos como estamos. Por eso está primero", añade.
Pero Milei no es sólo economía. En lo social se ha mostrado por lo menos conservador. Plantea cerrar el Ministerio de la Mujer, acabar con el plan de Educación Sexual Integral en las escuelas, estimando que es adoctrinamiento en ideología de género, o promover un referendo sobre el derecho al aborto. Asimismo, cuestiona la cifra de 30.000 desaparecidos durante la dictadura militar, mientras su candidata a vicepresidenta Victoria Villarruel pide reparación y reivindicación para las víctimas de las organizaciones armadas de izquierda de los años 70.
"Es un horror, es una persona completamente retrógrada que dice que hubo 8,000 desaparecidos. Se expresa denigrando totalmente a las mujeres, dice que ocupan las mismas fuentes de trabajo que los hombres, que ganan igual. No existe", se exaspera Lorena, una docente interrogada en la calle.
En la misma esquina, Federica, estudiante de 21 años, lo ve de otro modo. "Voy a votar por Milei y siento que respeta igual los derechos de todos seas mujer o seas varón, respeta la libertad de la persona, que es lo principal". "Yo estoy a favor de la vida, en contra del aborto. Respeto que es otra vida y como dije, hay que respetar la libertad de las personas y esta es una persona más y hay que respetarla".
En veda electoral, las encuestas están prohibidas en Argentina. El promedio de las últimas prevé una segunda vuelta entre Milei y Sergio Massa, aunque Patricia Bullrich sigue en emboscada. De todos modos, los institutos de sondeo se han equivocado por un amplio margen en las primarias obligatorias de agosto, así que el juego parece abierto.
Aparate de votar por presidente y vicepresidente, los argentinos eligen 24 senadores nacionales, 130 diputados nacionales y 19 parlamentarios del Mercosur para el distrito nacional. También está en juego la gobernación de la Provincia de Buenos Aires, principal bastión electoral del peronismo donde buscará replegarse en caso de derrota. DE EFE
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