RIO DE JANEIRO, Brasil.- Un tono de confianza en la región ha sido el común denominador en la cita anual del Foro Económico Mundial de América Latina, que tiene lugar este año en Río de Janeiro. “Estamos creciendo a una tasa cercana al cinco por ciento este año y las perspectivas son muy positivas”, sostuvo el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, Luis Alberto Moreno.
Esa impresión es compartida en general por el elevado número de asistentes -más de 700- a un evento que reúne a líderes del sector privado, el Gobierno y la academia durante un par de días.
El encuentro en la capital carioca le sigue al que tuvo lugar en Cartagena hace un año. En esta oportunidad, el tema central de la reunión es el de la década de América Latina, que hace referencia al comienzo de un periodo de crecimiento elevado para la mayoría de países del área.
Y es que la rápida recuperación de la zona después de la crisis internacional de hace un par de años ha convencido, incluso a los más escépticos, de que es posible elevar el ritmo de aumento del Producto Interno Bruto, gracias a los vientos de cola que soplan desde el continente asiático.
Como es conocido, la demanda de productos básicos ha ocasionado un auge exportador que va desde el petróleo hasta los alimentos y a su vez ha impulsado el empleo y el consumo interno. Brasil, que tiene la economía más pujante de esta parte del hemisferio, es una prueba fehaciente. El año pasado la economía creció más de siete por ciento y en el 2011 podría superar el cinco por ciento, con una tasa de desempleo históricamente baja.
Hechos como ese han llevado a que la situación social mejore. Según datos de la Cepal, desde el 2002 el número de pobres en América Latina disminuyó en 42 millones de personas.
“Hay muchas cosas que están funcionando bien”, señaló el presidente de Citigroup, Vikram Pandit. Sin embargo, a pesar de las buenas señales, tampoco han faltado las voces de moderación.
“Hay un peligro real de recalentamiento”, indicó el colombiano Mauricio Cárdenas, vinculado a la Brookings Institution en Washington D.C. “Si no sabemos guardar para las vacas flacas, corremos el peligro de despertarnos con una gran resaca”, agregó.
Hay que trabajar en las tareas pendientes
Analistas sostienen que se puede ser optimista sobre el futuro de la región, pero todavía hay muchos retos. No es la primera vez que la región tiene un largo periodo de prosperidad por cuenta de la demanda externa.
“A finales del siglo XIX exportábamos todo lo que queríamos, pero no supimos aprovechar bien esa época”, recordó ayer el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza. Por tal motivo, el mensaje también es que hay que actuar con responsabilidad.
“Tenemos la oportunidad de dar un salto inmenso, pero hay muchas tareas pendientes”, dijo Luis Alberto Moreno.
En la lista de cosas por hacer, los expertos se han referido a la necesidad de combatir la desigualdad y enfrentar el crimen que se ha convertido en la principal preocupación.
También hay temas relacionados con la educación, el medio ambiente y la competitividad, aparte de preocupaciones por el alza en los precios de la finca raíz o las acciones, que hacen pensar en una burbuja especulativa. “Hay que ser optimistas pero dejar la celebración para dentro de unos años, cuando hayamos hecho las cosas bien”, dijo el venezolano Moisés Naím.
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