Ernesto Sábato, el laureado escritor quien según sus propias palabras "descendió a los infiernos" para investigar los crímenes cometidos por la última dictadura en Argentina, falleció el sábado a causa de una bronquitis. Tenía 99 años."Hace como 15 días tuvo una bronquitis y a la edad de él esto es terrible", confirmó su colaboradora Elvira González Fraga en diálogo con radio Mitre.
El autor de "El túnel" murió en su residencia del barrio de Santos Lugares, donde vivía desde 1945.
El canciller Héctor Timerman escribió en su cuenta Twitter que "me apena la muerte de Ernesto Sábato, nos quedan sus libros y el recuerdo de un hombre apasionado por su país".
Dejó a un lado la literatura para dedicarse a elaborar un completo informe de las atrocidades cometidas por los militares en el régimen de 1976 a 1983, que se tituló "Nunca Más" y sirvió de prueba para juzgar a los jerarcas tras el retorno de la democracia en 1983.
Sábato, quien en un principio apoyó el golpe de estado de 1976 y se desencantó años después ante las atrocidades cometidas por los militares durante la llamada "guerra sucia", fue designado por el presidente democráticamente elegido Raúl Alfonsín al frente de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep), creada en diciembre de 1983.
En la época tenía 73 años y sus novelas "El túnel" (1948) y "Sobre héroes y tumbas" (1961), consuderada su obra maestra, le habían ganado elogios y honores en el mundo entero.
El informe elaborado por Sábato y otros nueve integrantes sirvió de base para juzgar a los miembros de las juntas militares en 1985. Durante ese período murieron o desaparecieron entre 12.000 y 30.000 personas, según las cifras oficiales y de organismos de derechos humanos.
"Fue un hombre de un gran coraje cívico", destacó la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú, quien trabajó junto a él en el informe. "Firmó siempre las solicitadas pidiendo la aparición con vida de los desaparecidos".
En 1976, el escritor asistió a un almuerzo de escritores con el dictador Jorge Rafael Videla, a quien calificó luego de "hombre culto, modesto e inteligente. Me impresionó la amplitud de criterio y la cultura del Presidente".
Incluso en 1978, en el momento de la represión más feroz, cuando en todo el mundo se denunciaban los crímenes de la dictadura, dijo en una entrevista que "sin duda alguna, en los últimos meses en nuestro país, muchas cosas han mejorado: las bandas terroristas armadas han sido puestas en gran parte bajo control".
Sábato comenzó a criticar a la dictadura en 1979, cuando denunció la censura en uno de los ensayos de su colección "Apologías y rechazos".
Recibió la Legión de Honor francesa, el Premio Medici de Italia y la Gran Cruz al Mérito Civil de España, que además en 1984 le otorgó el Premio Cervantes, el Nobel de las letras castellanas. Colombia lo condecoró con la Orden de Boyacá, e Italia con la Orden del Mérito.
Nació el 24 de junio de 1911 en Rojas, provincia de Buenos Aires. Abandonó los estudios de físca en 1930 y llegó a ser secretario de la Juventud Comunista. Pero en 1934, en un viaje a Bruselas para asistir a un congreso contra el fascismo y la guerra, conoció las purgas en la Unión Soviética y rompió con el comunismo. Etsa fue la primera de las que él llamó "las tres crisis fundamentales de mi vida".
De regreso en la Argentina, Sábato se casó con Matilde Kuminsky-Richter, la que sería su compañera de toda la vida. El matrimonio tuvo dos hijos, Jorge Federico que se deidcó a la política y muurió trágicamente en 1995; y Mario, un destacado director de cine documental.
Regresó a la universidad, se recibió de doctor en física y obtuvo una beca para trabajar en radiaciones atómicas en el laboratorio Joliot-Curie en París. Allí sufrió su segunda y tercera "crisis" "En París, asistí a la ruptura del átomo de uranio, que se disputaban tres laboratorios: ganó la 'carrera' un alemán. Pensé que era el comienzo del Apocalipsis".
La tercera crisis, fruto de su amistad con artistas surrealistas como el chileno Roberto Matta, el cubano Wilfredo Lam y el fundador del movimiento, André Breton, lo llevó a abandonar para siempre la ciencia y dedicarse a la literatura y el ensayo.
En 1945, publicó su primer libro, "Uno y el universo", que recibió el Primer Premio de Literatura de la municipalidad de Buenos Aires.
Su novela breve "El túnel, una historia psicológico-policial del asesinato de la joven María Iribarne por el pintor Juan Pablo Castel, mereció el elogio de Albert Camus, quien dijo admirar "su dureza, su intensidad", y de Thomas Mann, que la calificó de "impresionante". Camus la hizo traducir al francés.
"Abaddón el exterminador" (1974) recibió dos años después el premio de la industria editorial francesa al mejor libro extranjero del año.
Sábato también pintaba, y sus obras fueron expuestas en el Centro Pompidou de París y en el Centro Cultural de la Villa de Madrid, entre otras salas.
En los últimos años de su vida salía raramente de su casa de Santos Lugares, en las afueras de Buenos Aires, pero se prestaba con frecuencia a reportajes periodísticos en los que opinaba sobre temas de actualidad.
"Antes del fin", aparecido en 1998, el año que murió su esposa Matilde, es un testamento que escribió "sobre todo para los adolescentes y jóvenes, pero también para los que, como yo, se acercan a la muerte y se preguntan para qué y por qué hemos vivido...".
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