La calidad del servicio de electricidad se ha deteriorado en las zonas de concesión de las tres empresas distribuidoras (Edes). Los apagones que se registran y que reportan los usuarios de prácticamente todo el país oscilan entre 8 y 12 horas escalonadas. Las regiones del Cibao y Sur son las más afectadas.
La indisponibilidad total o parcial de algunas de las generadoras ha obligado a sacar de línea a muchos de los circuitos, entre los cuales aparecen sin programación de cortes en el portal Circuitos.gob.do, de la Corporación Dominicana de Empresas Eléctricas Estatales (CDEEE).
Los programas de rehabilitación de redes que ejecutan las tres distribuidoras, la falta de combustible de algunas plantas de generación y los cortes programados están entre las razones de los cortes.
Una variable que ha surgido en medio de la indisponibilidad de algunos generadores es la inminente salida de tres unidades del sistema: Monte Río, con capacidad de 100 megavatios, que irá a suplir a la minera Barrick Gold, así como las unidades Estrella del Mar y Estrella del Norte, de Seaboard, que son alrededor de 100 megavatios más, las cuales también sólo generarán para completar la demanda de la minera ubicada en Pueblo Viejo.
El otro caso que ha traído dificultades en el suministro de electricidad es la venta de energía que hace AES Dominicana a la minera Falconbridge, cuyo contrato ha traído dificultades con la vicepresidencia ejecutiva de la CDEEE, que pide el cumplimiento de un convenio anterior con Edeeste cuando ésta era parte de AES.
El vicepresidente ejecutivo de la CDEEE, Celso Marranzini, quien preside los consejos directivos de la tres Edes luego de un decreto del Poder Ejecutivo, ha estado al frente del reclamo para que AES cumpla con el contrato de entregar 300 megavatios a Edeeste para suplir su zona de concesión. Aún no se ha logrado un acuerdo entre las partes y todo indica que por las implicaciones habrá que apelar a instancias más altas, especialmente porque el contrato implica la reanudación de las exportaciones de ferroníquel, que representan alrededor de RD$600 millones este año.
En medio del conflicto por el contrato con Falconbridge, ayer las unidades disponibles eran las del Grupo AES, entre las que están AES Andrés (300), Los Mina V y VI (185), Itabo II (126) y las unidad I de manera parcial (104).
Otra de las plantas en línea eran las de Laesa-Pimentel con 100 megavatios, así como San Felipe, que tenía disponibilidad de 180 megas.
Sultana del Este, que envía parte de su producción hacia los polos turísticos de Bávaro- Punta Cana, presentó una disponibilidad parcial con 80 megavatios. Según el reporte de media tarde de ayer, sustentado por el Organismo Coordinador del Sistema Eléctrico Nacional Interconectado (SENI-OC), la disponibilidad real sincronizada era de 1,682 megavatios, mientras que la real era de sólo 2,012.8 megavatios. Las hidroeléctricas sólo tenían disponibilidad de 62 megavatios, lo que guarda relación con la sequía que afecta a las zonas desde donde se suplen los embalses de las principales hidroeléctricas.
LA GENERACIÓN NUEVA NO AÑADE, SUSTITUYE
DETALLES: El déficit de generación al que tanto se han referido los principales actores del sistema eléctrico ha quedado evidenciado con la salida de las unidades de Seaboard y Monte Río, las cuales salen del sistema interconectado para generar exclusivamente para la producción de ferroníquel, oro, plata y otros minerales.
Sólo los 37 megavatios que anunció AES con San Lorenzo son nuevos. Los 100 que entrarían con Seaboard sólo sustinuyen a Estrella del Mar y Estrella del Norte, que también pasan a propiedad de la Barrick. Con la entrada de Falconbridge al mercado también llega otro vacío, pues su planta genera con gasoil y los actuales precios la hacen insostenible.
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