viernes, 20 de julio de 2012

El 'Morgan' opera entre buhoneros, basura y falta de parqueos (II)


La doctora Gisela Llorente, neuroanestesióloga, fue asaltada por un joven que, aprovechando que estaba en un "tapón de vehículos", le tomó todo lo que cargaba
Venta en las afueras del Morgan
La neuroanestesióloga, Gisela Llorente, explica cómo fue asaltada
Domingo Mármol, inválido que vende fuera del hospital
Manuel Montero tiene 12 años vendiendo cerca de la puerta del hospital Luis E. Aybar
La misma falta de parqueos aumenta los actos delictivos en el Morgan, ya que, el frecuente entaponamiento de vehículos provoca que asaltantes despojen de sus pertenencias a quienes transitan en las calles que rodean el complejo hospitalario.

Este es el caso de la doctora Gisela Llorente, neuroanestesióloga, quien fue asaltada, hace aproximadamente cuatro meses en horas de la tarde, por un joven que, aprovechando que estaba en un 'tapón de vehículos', se acercó a su leepeta, le mostró un arma de fuego y le "pidió" que bajara el cristal.

“Asustada, le entregué todo lo que me pidió, varios anillos y cadenas de oro”, señaló la doctora al tiempo que resaltó la eminente falta de parqueos en el centro de salud.

Julio Manuel Rodríguez Grullón, director del hospital Dr. Luis Eduardo Aybar (Mongan), dijo que, recientemente, el gobierno anunció la construcción de 400 parqueos para solucionar la situación, acción que califica como “positiva, justa y necesaria”.

En el Morgan, además de las situaciones adversas en que opera (planteadas en la primera parte de este reportaje), también existen elementos externos que amplían los inconvenientes de salubridad dentro del centro.

Nos referimos a los talleres de mecánica y pintura de vehículos que, a la par de producir ruidos exorbitantes, afectan la salud del que esté dentro, porque el aerosol con que se pintan los carros penetra las salas del hospital.

No parece haber pronta solución a este problema, ya que los negocios tienen su clientela fija. Ésto hace pensar en si fue prudente dejar, en primer lugar, que se instalarán allí.

Los buhoneros, la otra cara de la moneda

En el año 2010 ocurrió un incidente "curioso" en la puerta del Morgan. Un hombre que llevaba su hija en estado de gravedad al referido hospital, tuvo que lanzar, desde su vehículo, varios disparos al aire para que le permitieran el paso, ya que, entre choferes y buhoneros le impedían la entrada.

Dicho acontecimiento provocó que el Ayuntamiento del Distrito Nacional (ADN), conjuntamente con los regidores del municipio, dispusiera que la calle principal del hospital sea de una vía, así como la eliminación de los buhoneros que se apostaban en las paredes externas.

La limpieza de la zona fue un acuerdo entre el ayuntamiento, dirigentes barriales, juntas de vecinos y los directores del mismo hospital, quienes pactaron que esta situación no se volvería a dar en el Morgan...

A las dos semana del pacto, volvieron los buhoneros y no apareció uno que les dijera que no podían comercializar en el sitio.

Mientras, a los venduteros del hospital Luis E. Aybar se les condena por 'buscársela' vendiendo comida rápida y “chucherías”, pero desde la óptica de estos 'empresarios de pequeños negocios', el panorama es diferente.

Griselda Custodio, de 50 años, tiene 20 de ellos vendiendo refrescos, jugos y dulces en las paredes externas del Morgan. Esta mujer tiene dos hijos, los cuales, asegura, ha mantenido a base de vender alimentos fuera del hospital.

Custodio declaró que en sendas ocasiones la han retirado del hospital llevándole toda su mercancía, hechos que califica como 'robo legal', aún así, siempre que la quitan del sitio, ella vuelve a laborar en el lugar, porque, dice, ya tiene un punto hecho.

De igual modo ocurre con Domingo Mármol, un inválido que vende artículos como cepillos dentales y sombrillas.
Mármol no tiene pensión, ni alguien que le ayude. Por tal motivo, afirma, para no pedir ni robar, comercializa en las afueras del Morgan.

Otro de los venduteros es Manuel Montero, de 39 años, quien tiene 12 años vendiendo empanadas de yuca y 'quipes' -bollos de carne o queso-. Con la comercialización de estos alimentos,y gracias a su clientela, indica que ha mantenido a sus cinco hijos.

El director del hospital Luis Eduardo Aybar coincide con José Joaquín Puello, jefe de neurología del Cecanot, en que su intención no es afectar los buhoneros, sino que sean reubicados.

“Ya el ADN había prometido reubicarlos en un lugar próximo al hospital, con sus casetas establecidas, pero no sé qué ha pasado que no se ha materializado esa promesa”, señaló Julio Manuel Rodríguez Grullón, director del Morgan.

“Esta sería un solución factible a la situación que afecta tanto a los pacientes, a los empleados, doctores y al país mismo, porque por encima de todo esto afea el entorno del hospital, además, de todas las condiciones antihigiénicas que producen”, resaltó José Joaquín Puello.

No hay comentarios: