Desde siempre, la historia dominicana ha contado que el fundador de la República Dominicana, Juan Pablo Duarte Díez, nació en la casa que se encuentra ubicada en la hoy conocida como Calle Isabel La Católica número 308, en la Zona Colonial, pero de acuerdo al presidente del Patronato del Archivo General de la Nación existen documentos de protocolos notariales, que reposan aquí, que demuestran que no es así.
La afirmación fue hecha por Antonio Guerra Sánchez, quien es también un reconocido investigador genealogista, en el marco de la conferencia “Documentos Inéditos de la Familia Duarte-Díez”, que dictó en los salones de la citada entidad.
Indicó que de acuerdo a documentos procedentes de los Protocolos Notariales de diferentes Notarios que ejercieron en Santo Domingo desde inicios del 1800 hasta el 1847, la casa donde actualmente se encuentran las oficinas del Instituto Duartiano y donde además funciona un museo de la familia Duarte, fue adquirida por Juan José Duarte Rodríguez, padre del fundador de La Trinitaria, “el 26 de agosto de 1829”, cuando ya Juan Pablo contaba con 16 años de edad.
Agregó que uno de los documentos mostrados señala que la primera casa que compró Juan José Duarte Rodríguez, todavía residiendo en Mayagüez, Puerto Rico hacia 1804, era una casa que estaría ubicada en los frentes del viejo correo, en el solar de lo que es hoy la Plaza de España.
“Era una casa fabricada en madera de pino y cubierta de tablitas, fundada en terreno que pertenece al Estado y antes al Duque de Veragua, situada en la isleta número nueve, comprendida entre el quinto Cuartel, calle que se nombra la Cuesta de San Diego haciendo esquina con el callejón que va del solar del Almirante con su frente al sur”, explicó el conferencista.
Doña Manuela no sabía escribir. Así también, Guerra sostuvo que los mismos documentos presentan a Doña Manuela Díez y Jiménez, madre del líder independentista. como no conocedora “del arte de la escritura”, y que el progenitor del padre de la Patria era un rico comerciante por las propiedades que poseía, las cuales fueron vendidas por sus descendientes cuando debieron salir del país, un año después de consumada la Independencia.
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