Una sensación de perplejidad y de tristeza ha invadido a los fieles y curiosos al contemplar la segunda fumata negra que ha salido a las 11.38 hora local (10.38 GMT) y que se han acercado a la Plaza de San Pedro para ver de cerca las evoluciones del cónclave.
Los 155 cardenales electores han votado dos veces en esta segunda jornada de cónclave y a juzgar por esta densa humareda negra no han alcanzado un candidato que acumule los dos tercios de los votos, es decir, 77 votos.
La fumata ha salido negra antes de lo previsto, pues se esperaba que la quema de papeletas se hiciera pasado mediodía y, además, el humo con el pasar del tiempo se ha convertido en más claro lo que ha hecho dudara a algunos.
Pero el signo era inequívoco, no hay papa.
La fumata ha podido verse en dos grandes pantallas situadas en los laterales de la Plaza de San Pedro que mantienen la imagen fija del techo de la Capilla Sixtina, con los dos metros de chimenea de cobre que sobresale y de la que ayer salió una densa humareda negra poco antes de las ocho de la tarde.
Muchos de los fieles y turistas que se han acercado a la Plaza de San Pedro a pesar de las inclemencias del tiempo están convencidos de que hoy será el día en que los cardenales electores se pondrán de acuerdo para elegir al sucesor de Benedicto XVI.
Esta tarde los purpurados volverán a encerrarse en la Capilla más bella del mundo, la Sixtina, para continuar con sus deliberaciones y votar dos veces más.
El resultado quedará plasmado en otra nueva fumata negra o blanca, color que logran con las papeletas quemadas y paja mojada.
La multitud congregada en la plaza ante la imponente Basílica proyectada por Bramante y rematada por Miguel Ángel no han podido esconder su decepción ante el nuevo desacuerdo entre los purpurados sobre quién debe ser el sucesor de Pedro y algunos han comenzado a abandonar la plaza para regresar esta tarde hacia las 18 horas local.
A esa hora se espera la segunda fumata de la jornada y la tercera del cónclave para elegir al papa 266 sucesor del apóstol San Pedro.
"No hay ningún candidato que de entrada parta como favorito, a pesar de todas las quinielas que se hacen en los medios de comunicación", dijo a Efe el padre Arturo López, de 41 años, de Autol (Logroño), estudiante de Liturgia
"Se requiere tiempo para que un candidato concite los acuerdos, cuando todos los cardenales han entrado con un perfil más plano que el que tuvo en su día por ejemplo, Joseph Ratzinger", quien fue elegido en el segundo día.
"Dios sabe cómo hablar y cuando hablar, de manera que no nos toca más que esperar a que lo haga", añadió. DE EFE
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