domingo, 27 de abril de 2014

La fuerza del hábito

Reivindicar, cantar o tuitear con un hábito. Estos son los motivos por los que sor Lucía Calam, sor Cristina Scuccia o sor Xiskya Valladares han saltado a la fama.
  • Sor Lucía Caram frente al ordenador, una de las herramientas que usa cada día para enviar sus mensajes a sus miles de seguidores.
 EFE
Reportajes
Lo que hace unos años era impensable, el ver a religiosos encabezando protestas abiertas contra gobiernos e instituciones, en la actualidad se ha convertido en algo habitual, incluso bien visto por gran parte de la sociedad.
Esto es lo que le ha sucedido a algunas religiosas de diferentes órdenes que, ordenador o tableta en mano, han hecho de las redes sociales y de la televisión un púlpito en el que demostrar que la religión está más cerca de la población de lo que muchos pudieran, o quisieran, haber pensado.
El caso más llamativo llegó hace unos años con la aparición en escena de sor Lucía Caram, una monja argentina reivindicativa e inquieta del convento Santa Clara de Manresa (Cataluña, España), que cuenta, entre otro muchos reconocimientos, con el Premio Juan XXIII por la Paz.
A sor Lucía se la conoce por frases tan llamativas y, por qué no, poco frecuentes en boca de una monja como: “El Gobierno de Mariano Rajoy no tiene entrañas”, “Los políticos no tienen conciencia ni escrúpulos” o “Santa Teresa decía que entre los pucheros estaba el Señor; yo fui a los pucheros a ver si lo encontraba y encontré una buena cocina, no sé si encontré al Señor”. Esta última afirmación llegó con su última faceta pública: la de cocinera en un programa de recetas monacales en un canal temático sobre cocina, donde dará a conocer sobre todo “platos que estén al alcance de todo el mundo”, como el asado argentino, plato que tienen claro que sería el que compartiría con Francisco, en referencia al papa.
Autora de los libros “Mi claustro es el mundo” y “A Dios rogando”, esta argentina nacida en Tucumán en 1966, y en España desde hace 18 años, ha encontrado en Twitter, donde tiene casi 85,000 seguidores, un espacio donde da las buenas noches “con humor” o afirma que “la crisis no son cifras, son personas”.
Pero donde ella se siente “feliz” es con las monjas de su comunidad y con los voluntarios con los que ayuda a 1,600 familias de la localidad catalana (noreste de España) donde vive.
El nuevo “púlpito” 
La monja nicaragüense Xiskya Valladares es otro ejemplo de religiosa que ha encontrado en Twitter un lugar perfecto donde quejarse de la política, incluso de la propia Iglesia. De hecho, es conocida como “la monja tuitera”.
Y es que, pese a que sus opiniones sobre temas políticos y sociales no gustan entre algunos sectores conservadores, a ella ninguna reprimenda le silencia, sino que la hace “más fuerte”.
((La monja tuitera
La voz divina 

Sor Cristina Scuccia, una monja italiana de la congregación de las Ursulinas de la Sagrada Familia, no gozó de primeras la credibilidad con la que entraron en la escena pública tanto Caram como Valladares. Esta joven religiosa de 25 años tuvo que confirmar ante la audiencia del concurso musical “The Voice” en Italia que era “una monja totalmente verdadera”, tras interpretar el tema “No One” de Alicia Keys ante los incrédulos miembros del jurado formado por cantantes italianos como Rafaella Carrá, Noemi, Piero Pelù y el rapero J-Ax. Y, precisamente, fue este último cantante por el que se decantó “por ser el primero en darse la vuelta”.
Pero la historia de esta monja bien podría ser un guión cinematográfico. Scuccia, procedente de una humilde familia siciliana, siempre soñó con ser una cantante de fama pero esta nunca llegó.
Lo que sí le llegó fue la llamada de Dios poco después de protagonizar en Roma el musical “Il coraggio di amare”, donde aun sin recibir ninguna “llamada”, interpretó el papel de sor Rosa Rocuzzo, una religiosa al estilo de “Sister Act”. Y ahí fue donde tuvo “la señal”.DE EFE

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