hoy lunes se conmemora el 175 aniversario del natalicio del general Gregorio Luperón, héroe de la Restauración.
Fue presidente provisional del país entre 1879 y 1880.
Su apellido original era de ascendencia haitiana. Desde la edad de 14 años se dedicó al trabajo productivo al ser encargado, en Jamao, de los cortes de caoba de Pedro E. Dudocq, su protector.
Al tiempo, regresa en forma clandestina por Montecristi, y toma parte en el Levantamiento de Sabana Larga.
Tras una primera derrota se retira a las montañas y desde La Vega fomenta la rebelión, hasta que después del llamado Grito de Capotillo, el 16 de agosto del 1863, alcanza la jefatura de un Cantón, y luego el rango de general.
Fue un hombre de un fuerte sentido patriótico y de gran valor en el uso de las armas y las estrategias de guerra.
Por esas cualidades se le designó "jefe superior de Operaciones en la Provincia de Santo Domingo", donde combatió al ejército español, comandado por Pedro Santana, para entonces, "marqués de Las Carreras".
Disciplinado, derrotó al ejército español en una estrategia de guerra de guerrillas, debido a la inferioridad en número y en calidad de medios de los rebeldes.
Vencido el ejército español, Luperón aceptó la Vicepresidencia de la Junta Gubernativa. Restaurada la República, volvió a su pueblo natal, Puerto Plata.
Se opuso al regreso al poder de Buenaventura Báez, lo cual le llevó al destierro y expulsión del país. Meses después, retornó para integrar el movimiento llamado Triunvirato de 1866, que derrocó a Báez.
Ese Gobierno fue derrocado en 1868, y Luperón obligado de nuevo a salir del país, por oponerse a las pretensiones anexionistas de Báez.
Luperón preparó una expedición denominada "El Telégrafo", debido al nombre del barco utilizado para la misma.
Al no tener éxito la expedición debido a la intervención de los Estados Unidos, con quien Báez tenía acuerdos para venderle la península de Samaná, por lo que Luperón fue enviado al exilio nuevamente.
Gestionó el respaldo de la opinión pública en América Latina en contra del propósito de Báez, y envió protestas al Senado de los Estados Unidos.
Cuando Báez fue destituido por la "Revolución Unionista" en 1873, Luperón pudo volver a Puerto Plata.
Al ascender al poder Ulises Francisco Espaillat, fue designado "Ministro de Guerra y Marina".
Luego de la renuncia de Espaillat, de va al exilio, y espera cerca de dos años a que sus antiguos enemigos González y Báez se alternen en el poder para un nuevo regreso al país.
Tras el derrocamiento del Gobierno de Cesáreo Guillermo, se establece un "Gobierno provisional", el cual es presidido por Luperón, con sede en Puerto Plata.
Los catorce meses de este Gobierno fueron de paz, libertad y progreso, produciendo unas elecciones limpias en 1880, en donde fue electo presidente de la República el presbítero Fernando Arturo de Meriño, que también fue apoyado por Luperón.
En este Gobierno fue nombrado "enviado extraordinario y ministro plenipotenciario en Europa". Al volver al país, es nombrado "delegado del Gobierno en el Cibao" durante el régimen de Francisco Gregorio Billini, tras cuya renuncia en 1885, se unió al vicepresidente Alejandro Woss y Gil.
Desde esa posición, y luego de la revolución de 1886, Luperón se enfrenta a ésta en Puerto Plata, contribuyendo con ello al triunfo de Ulises Heureaux (Lilís) y el ascenso de éste a la Presidencia, en 1887.
Heureaux, también de Puerto Plata, y quien había sido un valiente restaurador como Luperón, comenzó a desarrollar un Gobierno despótico, lo cual generó en él arrepentimiento y decepción, por lo que fue al exterior a combatirlo. Su campaña fracasó por falta de apoyo del Gobierno haitiano.
Enfermo en la isla de Saint Thomas, fue buscado por el mismo Ulises Heureaux, falleciendo en su natal Puerto Plata, el 20 de mayo de 1897.
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