La selección del jurado comenzará mañana en el juicio por corrupción contra el senador demócrata Bob Menéndez, un proceso que amenaza al actual equilibrio de poder en la cámara alta de Estados Unidos.
Si Menéndez es condenado y expulsado del Senado, su sustituto provisional lo elegiría el gobernador de Nueva Jersey, el conservador Chris Christie, lo que a priori daría a los republicanos el voto que ahora mismo les falta para revocar la ley sanitaria conocida como Obamacare.
Menéndez, de origen cubano, está acusado de corrupción por supuestamente haber utilizado su cargo para ayudar a un amigo, el oftalmólogo Salomón Melgen, que a cambio le habría facilitado regalos e importantes contribuciones a sus campañas electorales.
En un caso separado, Melgen fue condenado este año por un fraude millonario a un programa público de salud, después de que un jurado le considerase culpable de realizar diagnósticos fraudulentos para inflar sus facturas.
De acuerdo con el Departamento de Justicia, que formuló los cargos contra Menéndez en 2015, el senador demócrata habría aceptado del médico prebendas por un valor de más de un millón de dólares.
Además, el político está acusado de instar a las autoridades de la República Dominicana a aceptar un contrato con una empresa de seguridad propiedad de Melgen.
Después de que el Supremo rechazase en marzo retirar los cargos por corrupción contra Menéndez, está previsto que la selección del jurado arranque este martes en un tribunal federal de Nueva Jersey.
El juicio en sí debe comenzar el próximo 6 de septiembre y se espera que dure entre uno y dos meses.
De ser condenado, Menéndez no perdería automáticamente su escaño en el Senado, pero podría verse forzado a renunciar o ser expulsado si así lo decide la cámara.
Para ello, deberían votar a favor dos tercios del Senado, es decir, que varios demócratas deberían sumarse a los republicanos.
Si finalmente Menéndez deja su asiento, correspondería al gobernador republicano de Nueva Jersey elegir un sustituto hasta las elecciones de 2018.
Pero el mandato del gobernador termina el próximo enero y actualmente un demócrata es el favorito para sucederle, por lo que no tendría demasiado tiempo.
El eventual paso de un escaño del Senado de manos demócratas a republicanas sería clave en los intentos del presidente, Donald Trump, y sus partidarios para acabar con Obamacare.
En su iniciativa más reciente, los republicanos se quedaron a un solo voto de poder desmantelar la gran apuesta sanitaria de la anterior Administración, con tres de sus propios senadores rechazando la iniciativa.
El desmantelamiento y el reemplazo de Obamacare fueron una de las grandes promesas de la campaña electoral de Trump y uno de los grandes objetivos republicanos durante los últimos años.DE EFE
No hay comentarios:
Publicar un comentario