La situación económica en el país, los bajos salarios y la falta de empleo fueron algunos de los factores que motivaron a Mario Matos (nombre ficticio), a irse de República Dominicana de forma indocumentada.
Era un simple pescador de la provincia Samaná que, cansado de vivir en precarias condiciones, decidió dejar su patria y tomar una yola con rumbo a “la isla del encanto”, Puerto Rico para instalarse junto a su familia en la nación vecina en la que lleva ya 13 años.
Como muchos otros dominicanos, Mario es un todólogo que sabe de plomería, construcción y electricidad. Seguro de sus capacidades dice: “Cualquier cosa que haya que hacer, se hace”. Pero su pasión es el mar, la pesca y la navegación.
Un día salió junto a dos de sus cuatro hijos en una pequeña embarcación a pescar. En mar abierto, una ola introdujo agua al bote y produjo que la embarcación empezara a hundirse, mientras terminaba el ocaso.
En medio de la nada, con una linterna en la mano y con la otra sujetados al bote quedaron sus vástagos, de 16 y 22 años en ese entonces, luego de que Mario Matos nadara por aproximadamente cinco horas de regreso a la orilla en busca de auxilio.
Mientras las autoridades puertorriqueñas recuperaban a los jóvenes, Mario era apresado y posteriormente trasladado a Miami donde guardó prisión durante un mes por vivir ilegalmente más de una década en Puerto Rico.
Preso en el extranjero
Aunque la comida no es deliciosa, Mario describe la cárcel a la que asistió en Miami como “buena”. Pero un mes privado de libertad en Estados Unidos no fue suficiente para aprender la lección Tras su deportación a Santo Domingo, todos los caminos le condujeron nueva vez a Puerto Rico, donde antes de llegar fue apresado y le tocó cumplir su sanción de 6 meses entre una cárcel de la isla vecina y el Tallahatchie County Correctional Facility, en Mississippi.
“Prácticamente los militares de para allá te tratan bien”, comenta, “al menos que tú no te pases con ellos y eso, todo está bien”, indicó Mario, quien nunca ha tenido conflicto alguno dentro de una prisión.
Por otro lado, al igual que los centros correccionales dominicanos, en las cárceles norteamericanas se crean grupos y bandas, según Mario.
“Tan solo en Puerto Rico hay como tres o cuatro”, narra Matos concentrado en sus recuerdos y continúa explicando: “Los dominicanos, supuestamente, muchos somos neutrales, es decir, no nos metemos en bandas, nos respaldamos el uno al otro”.
Asimismo, expresó que es común que los privados de libertad se defiendan entre grupos de nacionalidades dentro de los recintos penitenciarios.
“Todos los grupos se juntan, pero hay reglas y si se rompen las reglas que tienen ellos o que tenemos nosotros, hay problemas”, señala Mario a la vez que indica la mayor problemática: “es que hay muchos que se pasan de listos”.
¿Cuántos dominicanos?
Como Mario en su momento, miles de dominicanos guardan prisión actualmente en el exterior. Las causas comunes en años anteriores han sido arrestos por drogas, violación sexual, homicidio, problemas migratorios, violación a las leyes de tránsito, entre otros delitos.
De acuerdo a cifras brindadas por el Ministerio de Relaciones Exteriores (Mirex), para el 15 de marzo había un total de 1,826 dominicanos guardando prisión en el extranjero, mientras que para abril habían 270 dominicanos menos, para un total de 1,556 privados de libertad.
La mayoría de estos encarcelados se encuentran en centros correccionales de Nueva York, en Estados Unidos, con una cantidad que asciende a 882 dominicanos. En la lista sigue España con 353 dominicanos privados de libertad.
Mientras que en la capital española, Madrid, hay 323 dominicanos arrestados, en Sevilla hay 17. Asimismo, en la comunidad independiente de las Islas Canarias hay 13 dominicanos.
El siguiente país en la lista es Uruguay, donde en marzo había 323 dominicanos arrestados, según datos suministrados por el Ministerio de Relaciones Exteriores. De igual forma, para abril, solo se registra 1 dominicano apresado.
En tanto que en Panamá, los dominicanos en prisión representan un 3.1 por ciento del total suministrado en ese mismo por el Mirex.
En Suiza hay un 2.6 por ciento y en Chile un 2.4 por ciento, calculado también según el total ofrecido por la Cancillería en abril.
Los países que menos dominicanos apresados tienen son Grecia, Nicaragua, Nueva Delhi, Japón, China y Bélgica, los cuales cuentan entre 1 y 2 presos dominicanos, según los datos ofrecidos por el Mirex.
Descenso
Estas cifras son significativamente bajas frente a las de años anteriores. De acuerdo a los registros periodísticos de Listín Diario, tan solo en 2018, habían 10,330 dominicanos cumpliendo condenas en cárceles fuera del país, según datos manejados por el Mirex.
Además, de acuerdo a otros registros periodísticos de Listín Diario, hace once años un aproximado de 33,625 dominicanos se encontraban guardando prisión en el exterior
Sin embargo, según los datos suministrados por el Mirex, actualmente los números siguen decreciendo. En Alemania hay un 1.7 por ciento de los 1,556 detenidos que registró el Mirex en abril.
Mientras que en Roma (Italia) y Costa Rica hay 14 compatriotas privados de libertad en cada nación.
Asimismo, hay 10 dominicanos cumpliendo condena en México, mientras que en la capital de Colombia, Bogotá, solo hay uno menos, para un total de 9 detenidos.
En tanto que en Lisboa (Portugal), Noruega , Países Bajos y Suecia cuentan con un 0.4 por ciento cada uno.
Además, Perú y Turquía tienen 1.2 por ciento cada uno del total de dominicanos privados de libertad en el extranjero, ofrecido por el Mirex en abril.
Cabe señalar que, además del alto descenso en las cifras entregadas por el Mirex, llama la atención que entre los número no se especifica la cantidad de privados de libertad en Puerto Rico, una de las naciones más cercanas al país y a la que por años dominicanos han emigrado de forma ilegal.
Desamparados
Al preguntarle sobre cómo es estar preso fuera de su nación, Mario respondió decaído y sin titubeos:
“Le voy a decir el punto y la realidad de lo que está pasando allá, lo que los dominicanos necesitan es una persona de República Dominicana que nos visite a la cárcel, porque allá no tenemos a nadie”.
Mario Matos estuvo preso en dos ocasiones y observaba que personas de otros países cuentan con representantes que los visiten en la cárcel para escuchar sus necesidades y brindar orientación y apoyo de ser necesario.
“Entonces dominicanos no hay nadie”, dijo con pesar durante la entrevista con periodistas de Listín Diario.
“En lo que yo estuve un mes y después cuando me cogieron por segunda vez duré seis meses y nunca había nadie que fuera y preguntara cómo están los presos de Santo Domingo”, añade Mario.
De igual forma, Danny Valdez, deportado por supuesta venta de drogas en 1998 en Nueva York (Estados Unidos), dijo en entrevista a Listín Diario que si en su momento hubiese recibido orientación legal o ayuda por parte de la Embajada Dominicana no hubiese sido repatriado, a pesar de que las pruebas no demostraron el hecho que le imputaron.
Asimismo, Valdez sugirió que el gobierno dominicano “o un enlace de la República Dominicana que tenga que ver con algo diplomático”, haga una revisión de los casos de dominicanos apresados en el extranjero y le ofrezcan ayuda para evitar consecuencias posiblemente injustas.
SEPA MÁS
Sustento
A pesar de no contar con familiares cercanos, los privados de libertad tienen cómo sustentarse dentro del penal.
“Si usted sabe de barbería se gana su dinerito; si hay un preso que tiene una manera de sobrevivir más que usted, usted le limpia el cuarto y le pagan por eso”, explica Mario.
Mientras que para contactarse con la familia que tuvo que involuntariamente y forzado por la ley tuvo que abandonar en Puerto Rico, le dieron acceso a un teléfono de pago.
“Pero si te tocó una cárcel lejos, que tú no tienes dinero, ni un número de teléfono de un familiar para llamar, tú te quedas en el limbo allá dentro”, reiteró Mario .FUENTE LISTIN DIARIO
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