José Alfre
SANTO DOMINGO.José Alfredo Corripio, Tahira Vargas, José P. Monegro, Celedonio Jiménez y Lucía Gómez en el Almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio. J. González-La República Dominicana aún no ha tocado fondo en lo que a violencia se refiere y sus registros podrían empeorar próximamente, si no se aplican medidas.
Cientistas sociales entrevistados en el Almuerzo Semanal del Grupo de Comunicaciones Corripio, coincidieron sobre este particular, afirmando que en relación con otros países, como México, por ejemplo, el país goza de números no tan drásticos.
La socióloga Lucía Gómez así lo afirmó, aunque reveló que en base a lo que ha podido notar, hechos que antes no formaban parte de la cotidianidad criminal han empezado a producirse en el país.
Celedonio Jiménez, otro de los invitados y que es sociólogo de profesión, dijo que es posible la corrección de la tendencia violenta, pero que la misma no es fácil de lograr.
A su vez, la antropóloga Tahira Vargas, emitió duras críticas a la Policía Nacional, asegurando que la misma fue creada como órgano represivo y que, en la actualidad, sigue siendo un órgano del sicariato y uno de los brazos de la estructura criminal. Señaló que existe el riesgo de normalizar la criminalidad y llegar a ver muertes que se producen en los denomi nados intercambios de disparos como cosa común.
Dijo que la narrativa de la mano dura en contra de los delincuentes forma parte de un discurso político y que muchas veces, las limpiezas de criminales en los barrios de las ciudades, consisten en realidad en intercambio de liderazgo cuando uno de los que lideran ha excedido los límites o es traicionado.
Afirmó que lo que ha impedido que la sociedad en su conjunto caiga, ha sido la cohesión social y las muestras de solidaridad que se producen en los barrios.
Música urbana
Buscar las razones que producen la violencia, siempre genera una amplia gama de opiniones, los invitados al Almuerzo, en cambio, solían coincidir en sus planteamientos salvo, numerados casos.
Uno de los temas tratados fue el impacto de la música urbana en la mentalidad juvenil. Vargas y Gómez fueron enfáticas al afirmar que la misma, no es más que una expresión de la realidad, que su consumo no afecta la mentalidad ni las acciones de sus consumidores y que el rechazo que suele provocar, no es a la música en sí sino a la pobreza y las costumbres de los sectores marginados quienes siempre han sido denigrados.
Jiménez difiere y dice que, aunque dichas expresiones son el resultado de lo que se vive, deberían poder reenfocarse hasta lograr que los jóvenes razonen sobre las condiciones que producen su realidad y poder cambiarlas.
El tema derivó entonces en las diferencias sociales que persisten en la sociedad dominicana y Vargas dijo que el mismo se puede observar en las diferencias en locaciones geográficas tan cercanas como de una calle a otra.
Cuestionó la metodología de las intervenciones en los barrios, declarando que las mismas suelen fundamentarse en la violencia y que sus moradores no sienten ser parte de la ciudad.
Afirmó que los barrios no son violentos sino que forman parte de una violencia estructural la que es a la vez estimulada por sectores de poder como el narcotráfico.
Cambio modelo familia
El grupo de especialistas de la sociología invitados se opuso al rol de la familia, asegurando que la misma, no que había perdido su función modeladora de la conducta, sino que nunca la tuvo.
Vargas, por ejemplo, declaró que en base a estudios que había realizado, se pudo determinar que al menos en las castas más pobres de la ciudadanía es el Estado que debe asumir la educación del colectivo de habitantes, que sus políticas públicas no se deben dirigir a la familia, sino al tejido social que compone la comunidad.
Siendo un poco y solo un poco más conservador en su postura, Celedonio también opinó que la familia había perdido su rol, pero que no podía ser eximida de su responsabilidad en su totalidad.
Ahí surgió el tema sobre la educación sexual que, para Vargas, debe el Estado poder asumirla por igual. Indicó que la suspensión de la orden departamental del Ministerio de Educación que procuraba orientar sobre ideología de género era una decisión de campaña reeleccionista incluyendo las decisiones en el tema migratorio del país.
Tema migratorio
Sobre esto último, Vargas reconoció es popular la postura que el liderazgo político asumió con el tema haitiano pero que en la práctica, la realidad es otra. Dijo que los mismos dominicanos que se manifiestan contrarios a la presencia de nacionales haitianos en condiciones de ilegalidad, son los mismos que socorren o asisten de manera particular, a sus conocidos.
Entiende que la forma de combatir la presencia de ilegales en territorio dominicano es destruyendo las estructuras mafiosas que se generan en la frontera del país y combatiendo la trata de personas.
Dijo también que cada vez que se generan acciones migratorias, el precio de la entrada ilegal al país aumenta y que un sector (quienes se encargan de la trata), son los beneficiados con más ganancias al término de la jornada.
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