El presidente de Brasil, Lula da Silva, revocó normas que facilitaban el acceso a las armas durante la administración de Jair Bolsonaro, frenó procesos de privatizaciones y restableció medidas de combate a la deforestación en la Amazonía, entre sus primeras medidas de gobierno.
En las primeras 24 horas desde la ceremonia de investidura del domingo en Brasilia, el mandatario izquierdista empezó a cumplir algunas de sus principales promesas electorales, tras derrotar al ultraderechista Bolsonaro.
Armas
Lula decidió, mediante un decreto, suspender por los próximos 60 días la concesión de nuevas licencias para cazadores, tiradores y coleccionadores (CACs) civiles, categoría que multiplicó sus miembros con las flexibilizaciones de Bolsonaro y reunía en julio pasado un arsenal de más de un millón de armas, casi el triple que las 350.600 registradas en diciembre de 2018, según el Instituto Sou da Paz.
El decreto también redujo los límites para la compra de armas y municiones y suspendió temporalmente el registro de nuevos clubes y escuelas de tiro, que también proliferaron los últimos cuatro años.
En la decisión, Lula creó un grupo de trabajo para elaborar un nuevo reglamento para el Estatuto del Desarme, ley impulsada por su primer gobierno en 2003 para desarmar a la población civil.
La nueva medida “busca cerrar el período irresponsable del ‘vale todo’, incompatible con la Constitución”, celebró en Twitter Flávio Dino, ministro de Justicia y Seguridad Pública de Lula.
Amazonía
El izquierdista firmó una serie de decretos que intentan fortalecer la protección de la Amazonía, cuya destrucción anual promedio creció 75% respecto a la década anterior durante la administración de Bolsonaro, y de otros biomas.
Lula instituyó una “comisión interministerial permanente de prevención y control de la deforestación”, al mismo tiempo que ordenó reactivar el Fondo Amazonía, creado en 2008 para captar donaciones destinadas a inversiones de preservación de la floresta. DE AP
No hay comentarios:
Publicar un comentario