Un artesano y vendedor de Charamicos en la Avenida Winston Churchill muestra sus piezas al equipo del Periódico El Día/ Guillermo Burgos.
Un artesa
Santo Domingo.- La presencia de los Charamicos en las calles avisa a los dominicanos que ha llegado la época más alegre, dinámica y divertida: la Navidad.
“Hasta que nosotros no salimos, la Navidad no se siente ni se nota”, dijo a El Día Cándido Sosa, un artesano que desde el año 2010 convirtió las inmediaciones de la Av. José Amado Soler y la Avenida Winston Churchill en su casa.
Estos adornos, hechos a mano por artesanos, son los que durante décadas los dominicanos han comprado para adornar sus hogares y espacios públicos en las festividades decembrinas.
El panorama cambia con las canastas, los pesebres, los árboles, las coronas, los conos y los camellos, todos elaborados de madera y bejuco, que llenan de colorido esta zona del Distrito Nacional, haciendo que realmente “ya se sienta la brisa navideña”.
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Cándido Sosa explicó que este año la Alcaldía les permitió colocarse desde el 5 de octubre para que puedan tener más tiempo de ventas, debido a los aguaceros del mes de noviembre de 2023, y que este año les exonera el pago del espacio, que era de 15 mil pesos.
Costo
Los renos navideños rondan entre RD$1,000 y RD$5,000. Asimismo, una corona hecha de arrayán va desde RD$350 hasta RD$1,800, mientras que las bolas de rama de olivo, que representan la fraternidad familiar, tienen un precio de entre RD$300 y RD$4,000. Estos costos varían según la figura, tamaño y tipo.
Bolas decorativas, burritos con carreta, conos, canastas, arbolitos tipo topiario, erizos, entre otros atavíos, forman parte de la variada oferta de estas piezas elaboradas con bejuco y ramas de olivo.
Es imposible cruzar por esta avenida tan peculiar y no ser atraído por las llamativas figuras navideñas que la adornan; los colores de estas esculturas, que son tan atrayentes, varían cada año.
Según el tono que está de moda en la época, es el color que los escultores utilizan.
Como es el caso del amarillo, un matiz que irradia luz y que, como dice Cándido, es un símbolo de alegría.
Marina Martínez, una artesana con 35 años de experiencia, explicó que “este año está feo” en cuanto a las ventas.
“No hay cuarto en la calle”, exclamó la dama mientras elaboraba una corona sentada en una silla plástica color blanco, con los frenos y las bocinas de los vehículos de fondo.
“La gente se para, pregunta cuánto cuesta y dice ‘vengo cuando cobre’”.
La manifactura
Lo que comenzó con la venta de árboles y las clásicas figuras de la Navidad se ha diversificado ahora con canastas, estrellas, bolas, coronas para las entradas y la novedad de las faldas para los árboles, unos adorables adornos realizados con madera.
Aunque los Charamicos comienzan a verse desde el mes de octubre, la confección de los mismos se inicia en febrero y marzo.
Las creaciones, tan admiradas por mucha gente, son resultado del trabajo de varios meses de quienes emplean su tiempo para mantener la tradición navideña.
Los llamados animales fantásticos, como los camellos, ovejas y venados, en sus diferentes tamaños, forman parte de la creatividad de los artesanos.
Entre los elementos que se elaboran con el material se encuentra el nacimiento del niño Jesús, venados con trineos y angelitos.
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