sábado, 12 de marzo de 2011

Millones de japoneses no durmieron por temblores

La Tierra no da una tregua a Japón que, tras vivir un devastador terremoto que ha dejado más de 350 muertos en la costa oriental, ha registrado un segundo seísmo de 6,6 en las provincias de Nagano y Niigata, en la costa occidental de Japón.
Solo habían pasado trece horas, trece horas en las que se han dado más de 60 réplicas, cuando todo se ha movido de nuevo, los edificios han vuelto a temblar, y el pánico ha regresado al país. Pero, apenas 35 minutos después, un segundo temblor se ha producido en esa misma área de Japón, aunque en ninguno de los dos casos se ha emitido alerta de tsunami.

La zona de estos dos seísmos está alejada del epicentro del primer y fuerte terremoto que ha generado dos alertas de tsunami en toda la costa oriental del país.

La alerta no cesa

La segunda alerta se ha emitido a las 19.20 (hora española) y advierte del riesgo "importante" de tsunami en las provincias de Iwate, Miyagi y Fukushima, las más afectadas por el seísmo, que ha causado cientos de muertos y desaparecidos.

Allí un eventual tsunami podría acarrear olas superiores a los tres metros, mientras que en el extremos suroriental del archipiélago la alerta es por olas de hasta dos metros.

Casi a la vez de que se emitiera esta alerta, un nuevo terremoto, esta vez de 6,6 de magnitud, se producía en la provincia de Nagano (al norte de Japón), con epicentro en la ciudad de Niigata.

A todo esto hay que sumarle que, desde que ocurriera el devastador terremoto de 8,8 en la escala abierta de Richter, se han sucedido constantes réplicas, hasta 60 en la jornada del viernes.

Más de mil personas pueden haber muerto a causa de ese seísmo y el tsunami posterior, según cálculos de la agencia local Kyodo, después de que fuentes oficiales indicaran que al menos 1.800 viviendas han quedado destruidas en la provincia de Fukushima.

Temor a una fuga nuclear

En la ciudad de Sendai, a unos 350 kilómetros al norte de Tokio, las autoridades locales indicaron que se han hallado entre doscientos y trescientos cadáveres en la costa, mientras el recuento oficial habla, por ahora, de 133 muertos y 531 desaparecidos.

Mientras las labores de búsqueda continúan de madrugada en las provincias nororientales, el Gobierno ha enviado un equipo a la central nuclear de Fukushima, donde el seísmo ha causado problemas con el sistema de ventilación de la planta.

Aunque el Gobierno había asegurado que el temblor no ha producido ninguna fuga radiactiva, el nivel de radiactividad en el edificio que alberga la turbina de un reactor se ha elevado, al igual que la presión.

El ministro japonés de Economía, Banri Kaieda, ha reconocido que es posible que en la situación actual pueda producirse alguna fuga, aunque insiste en que en cualquier caso sería pequeña.

Con todo, las autoridades niponas se disponen a liberar el vapor radiactivo para hacer bajar la presión en el reactor, que está muy elevada, según ha adelantado la agencia Kyodo.

De momento, y ante los riesgos, cerca de 3.000 personas han sido evacuadas de los alrededores de esa central, a la que el primer ministro nipón, Naoto Kan, tiene previsto viajar a primera hora de la mañana del sábado, además de visitar las zonas devastadas.

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