La fuerte tormenta solar que se esperaba que alcanzara hoy a la Tierra dejó una estela de espectaculares auroras boreales aunque llegó algo más débil de lo esperado, pero su efecto puede incrementarse en las próximas horas y causar interferencias en las comunicaciones.
La Administración Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA) de EE.UU. indicó que una gran explosión de material procedente de una eyección de masa de la corona del Sol llegó a la Tierra sobre las 11.00 GMT, lo que causó una tormenta geomagnética que puede alcanzar su nivel más alto en las próximas 24 horas.
Esto implica que puede afectar a las comunicaciones por radio de alta frecuencia -como las que emplean los aviones-, los sistemas GPS y algunas interrupciones en el suministro eléctrico, aunque en este caso de menor importancia, dependiendo de los límites de corriente que puedan gestionar, apuntó la NOAA.
"Después de todo lo que hemos dicho, no ha sido un evento tan terriblemente fuerte", señaló el físico Joe Kunches, del NOAA en una rueda de prensa.
Las predicciones de la NASA habían apuntado a que podía producirse una "fuerte" tormenta geomagnética, sin embargo, el Observatorio de Dinámicas Solares (SDO, por su sigla en inglés) indicó que el impacto "ha sido más débil de lo esperado" y ha provocado una tormenta "menor", con una intensidad de uno en una escala de cinco.
Sin embargo, indican que puede intensificarse en las próximas horas, dependiendo de las condiciones electromagnéticas de la mancha solar en la que se originaron las dos grandes llamaradas solares que han causado la tormenta.
Además, hasta ahora la orientación del campo magnético de la Tierra se ha situado en la dirección contraria al flujo solar, lo que hubiera producido un mayor impacto en las primeras horas, pero a medida que avanza el campo magnético va a seguir cambiando.
El origen de esta tormenta, son dos enormes llamaradas solares que prorrumpieron en el espacio el pasado martes, según detectaron del Observatorio de Relaciones Terrestres (STEREO) y el Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO), las dos principales misiones de la NASA que estudian el Sol.
La primera, que ha sido catalogada como la mayor de este ciclo de actividad solar y la segunda más grande detectada desde 2006, ha surcado el espacio a más de 2.000 kilómetros por segundo mientras que la segunda, un poco más lenta, avanza a unos 1.770 kilómetros por segundo.
En su recorrido han pasado cerca de varias naves de la NASA, como Messenger, que estudia Mercurio, el telescopio Spitzer y STEREO-B, aunque la agencia espacial ha indicado que no teme por ninguna de sus misiones ni por la Estación Espacial Internacional (EEI).
Las llamaradas se originaron en una región activa del Sol llamada AR 1429, que ha incrementado su actividad en los últimos días, y a la que siguieron dos eyecciones de masa solar, que podrían alcanzar la Tierra en los próximos días.
El Sol pasa por ciclos regulares de actividad y cada 11 años aproximadamente se produce un pico máximo en la actividad en el que suelen producirse tormentas que a veces deforman e incluso atraviesan el campo magnético de la Tierra. Éste es uno de esos años.
De momento no se han registrado incidencias graves, tan sólo algunos desvíos de aviones que vuelan sobre los polos Norte y Sur -esas rutas se suelen modificar por precaución cuando hay alerta de este tipo de tormentas-, y problemas puntuales con las comunicaciones por radio en ambos polos.
No obstante, los expertos siguen atentos, ya que calculan que las consecuencias de la tormenta pueden extenderse hasta el viernes.
Los astrónomos de la NASA también han recomendado a quienes se encuentre en las latitudes más altas que estén pendientes del cielo para observar las espectaculares auroras que generará.DE EFE
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