27 Dic 2012 (AFP) - Las tasas de obesidad infantil podrían empezar a caer en Estados Unidos luego de triplicarse en los últimos 30 años, indicó un estudio publicado esta semana. La investigación encontró que las tasas de obesidad alcanzaron su punto más alto en 2004 para luego descender ligeramente entre niños de familias de bajos ingresos de entre dos y cuatro años de edad, que recibían subsidios de un programa federal de alimentación denominado SNAP.
"Que nosotros sepamos, éste es el primer estudio nacional que muestra que la prevalencia de la obesidad y la obesidad extrema entre niños pequeños estadounidenses ha comenzado a descender", escribió el autor principal del estudio Liping Pan, del organismo federal de los Centros para la Prevención y el Control de Enfermedades (CDC).
"Los resultados del estudio indican un progreso reciente modesto en la prevención de la obesidad entre niños pequeños. Las conclusiones podrían tener importante implicaciones sanitarias debido a los riesgos de por vida (que implican) la obesidad y la obesidad extrema en la temprana infancia".
La obesidad muestra una mayor prevalencia entre minorías y familias de bajos ingresos y ha sido asociada con un amplio rango de problemas de salud y muerte prematura.
Los investigadores analizaron datos de un sistema de vigilancia de nutrición pediátrica que monitoreó a la mitad de los niños que cumplían los requisitos para programas de salud infantil y maternal financiados federalmente.
Así, pudieron acceder a datos sobre peso y altura de 27,5 millones de niños de entre dos y cuatro años que proporcionaban de forma regular estos datos en 30 estados.
En 1998, los niveles de obesidad se situaban en el 13,05% de los niños. Esto aumentó hasta el 15,36% en 2004 antes de caer al 14,94% en 2010.
Las tasas de obesidad extrema aumentaron de 1,75% en 1998 a un máximo de 2,22% en 2003 antes de caer al 2,07% en 2010, indicó el estudio publicado en la revista Journal of the American Medical Association.
En un editorial que acompaña a la publicación el estudio, el doctor David Ludwig afirmó que el descenso no era suficiente e instó a una revisión del programa federal de cupones para alimentos (SNAP) para ayudar a familias de bajos ingresos a enfrentar la obesidad, al eliminar la comida basura y añadir más fruta y legumbres a sus dietas.
"SNAP es esencial para la prevención del hambre en Estados Unidos, pero su foco exclusivo en la cantidad de comida contribuye a la malnutrición y la obesidad y no está en consonancia con el objetivo de ayudar a los beneficiarios a llevar una vida más sana", escribió Ludwig, que trabaja en un centro de prevención de obesidad en el Hospital para Niños de Boston.
Mientras que otros programas federales de alimentación, como las comidas gratuitas en el colegio, se han centrado en la alimentación más sana, SNAP no tiene reglas para influenciar la calidad de la comida que se compra.
Ludwig apuntó que, según estimaciones, el programa paga 4.000 millones de dólares en bebidas azucaradas al año, lo que equivale a 20 millones de bebidas de soda al día.
"El público paga por las bebidas azucaradas, los caramelos y otra comida basura incluida en SNAP que se benefician dos veces: una vez cuando se compra y otra por el tratamiento de enfermedades inducidas por la dieta a través de (los programa de salud pública) Medicaid y Medicare", escribió.
"La inversión de 75.000 millones en SNAP proporcionaria una oportunidad mayor para reducir la carga de enfermedades relacionadas con la dieta entre niños y familias de bajos ingresos si la política que promueve la calidad nutricional es instituida".
Más de un tercio de los niños estadounidenses tenían problemas de sobrepeso en 2008, encontró el CDC en un estudio previo.
Las tasas de obesidad infantil aumentaron de un 7% en niños entre 6 y 11 años en 1980 a 20% en 2008. El número de obesos adolescentes de 12 a 19 años aumentó del 5 al 18% en el mismo periodo.DE AFP
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