El temor, la desesperación y la angustia es lo único que se observa en el rostro de María Teresa Severino Ramírez, una madre de 30 años que teme convertirse en una estadística más en la tétrica lista de feminicidios de este año del país. La mujer denuncia que es sometida a constantes golpes y amenazas de muerte por su expareja.
Dijo que no le han valido una orden de alejamiento que tiene y los acuerdos emitidos por la Fiscalía de la provincia Santo Domingo, con asiento en el municipio Los Alcarrizos, para que su ex pareja, Dionicio Blanco Castillo, de 32 años, la deje en paz y se aleje de su vida.
Agregó que su agresor, con quien procreó dos hijos producto de una relación de siete años, hasta le rompe los papeles de las autoridades y penetra a su casa a la fuerza, donde la golpea y posteriormente la obliga a tener relaciones sexuales. El mayor de los niños tiene 3 años y la menor 1 año y 6 meses.
“Cuando vivíamos junto él siempre me daba muchísimos golpes y vivía conmigo a la fuerza. Luego que nos separamos me ha seguido golpeando, él estuvo detenido por dos días, hicimos una orden de alejamiento y ahí fue que hicimos el acuerdo de yo mudarme de Los Alcarrizos y luego que me mudé comoquiera sigue yendo a mi casa”, dijo la mujer que se dedica a la venta de periódicos en las calles.
María Teresa llegó a la redacción de este diario con 20 documentos de la Fiscalía, los cuales testimonian las tantas veces que ha acudido al lugar desde el 2011 en procura de preservar su vida. Algunos son citatorios, otros órdenes de alejamiento y actos de conciliación.
“Les pido a las autoridades que me ayuden con eso, porque yo ya no aguanto más, incluso ya yo renuncié a mi trabajo para irme para el campo, porque yo aquí no tengo quien me ayude, entonces yo tengo miedo de que él me haga algo, yo tengo miedo porque yo sé que él da para eso y más”, dijo entre lágrimas.
“Ya no sé qué hacer, he tenido hasta que mudarme, donde quiera que voy me persigue y me amenaza con matarme, me dice que si él sabe que estoy con otro me va a matar”, indica mientras intenta controlar las lágrimas que poco a poco salen de sus ojos mientras mira hacia el techo y luego al suelo.
“Él me dice que sí sabe cualquier cosa me va a matar, que él quiere vivir una vida con su mujer (su esposa oficial) en su casa y conmigo, que yo no lo puedo dejar, que yo tengo que ser de él”, añade.
Fines de semana de infierno
Señala que los fines de semana se han convertido en un infierno para ella y sus pequeños hijos, debido a que su expareja suele emborracharse y luego acude a la casa a golpearla. “Anoche fue a la casa muy agresivo y tuve que irme con él obligada, luego que un pariente sacó una pistola, lo hice para evitar una desgracia. Luego me dejó abandonada en una calle a la 1:00 de la madrugada. También me quitó 500 pesos que tenía”, relata la mujer.
“Yo estoy que no duermo, cuando son los fines de semanas tengo que buscar para donde irme, porque los fines de semanas yo sé que él bebe y yo busco para donde irme porque inmediatamente dan las 10 o las 11 de la noche él va a mi casa. Nosotros no dormimos, la niña le tiene miedo, expresa.
Se queja de la actitud de las autoridades, porque, pese a sus constantes denuncias su agresor está libre como si nada pasara. “Yo creo que sí porque tantas veces que yo le he puesto querellas y querellas y siguen en lo mismo”, responde a la pregunta de si cree que su agresor está siendo protegido.
Explicó que su expareja se desempeña desde hace ocho años como chofer de la vice-síndica de Los Alcarrizos, Mariela Vásquez. “él me dice que ella lo quiere como a su hijo y que mientras él esté con ella todo está bien”, dijo con voz de impotencia.
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