El Círculo Delta, un ente cívico sin vínculos partidistas constituido por exmilitares de las tres ramas castrenses dominicanas, y de la Policía Nacional, manifestó ayer su preocupación ante “el peligro que representa para la sociedad, la salud y la estabilidad del sistema democrático la preocupante degradación moral que se percibe en las filas de los cuerpos militares y organismos de seguridad pública”.
Y en contraposición pública a eso, Delta dio un espaldarazo al gobierno y a la sociedad civil apoyando la propuesta de consensuar un pacto nacional por la seguridad ciudadana y definir una política que priorice la profesionalización de los cuerpos de seguridad pública.
Su reacción surge, según hizo constar ayer, después de haber ponderado una reciente denuncia de la fiscal del Distrito Nacional, Yeni Berenice Reynoso, refiriéndose a la creciente participación de miembros de la Policía e instituciones militares en la planificación y ejecución de numerosos hechos delictivos.
“Nos unimos al clamor de los sectores más sanos y preocupados de la sociedad dominicana ante esta situación”, indica la entidad, explicando que el caso “atañe directamente a instituciones nacionales con historias gloriosas de defensa de los más altos intereses de la nación dominicana”.
Esta declaración del Círculo Delta, referente a este tema, fue suscrita por cuatro exaltos rangos militares y policiales representantes de ese ente.
Se trata del mayor general retirado del Ejército, Antonio Valentín Jáquez López; el vicealmirante retirado de la Armada dominicana, Homero Luis Lajara Solá; mayor general retirado de la Fuerza Aérea Dominicana, Carlos M. Altuna Tezanos, y el exjefe de la Policía Nacional, mayor general Guillermo Guzmán Fermín.
Estos oficiales en retiro, aunque formulan una defensa de la integridad de sus instituciones, de las que dicen están integradas, en su gran mayoría por hombres y mujeres de bien, advierten que “es evidente que han sido permeadas por elementos cuyas intenciones se han apartado por mucho de los principios y valores filosóficos que tradicionalmente han convertido estas instituciones en un pilar fundamental para el sostenimiento del sistema democrático”.
“Esta denuncia ha dado nuevos matices a un debate público, donde los diversos sectores empiezan a manifestar por todas las vías su preocupación sobre esta grave situación y los efectos perniciosos que para la salud social, la estabilidad democrática y la imagen del país hacia el exterior está ya generando”, sostiene el Círculo de figuras de los estamentos militares y policiales del país.
También valoraron la preocupación del presidente del TC, Milton Ray Guevara, quien planteó un pacto por la seguridad ciudadana y contra la criminalidad, y las reflexiones de la iglesia católica en su Carta Pastoral, que había advertido de que “la policía es percibida por la población más como una amenaza que como una aliada”.
Círculo Delta afirma que estas manifestaciones de figuras e instituciones son “un claro reflejo de la preocupación de toda la sociedad en ellos representada”.
En efecto, destacó el contenido del editorial de Listín Diario del domingo pasado respecto a este problema, del cual dijo fue “la clarinada más sonora”, al preguntarse el matutino, con asombro, “cómo es posible que aún no se haya producido un cambio radical en los métodos, sistemas y cadenas de mando de estas instituciones, hasta su limpieza total”.
Con estos argumentos, agrega, el diario “se ha hecho eco del clamor de los sectores más preocupados por estos eventos, que ya parecen estar haciendo metástasis en algunos niveles operativos y funcionales de nuestros cuerpos de defensa y seguridad pública”.
“...Al sentir en carne propia este grave deterioro institucional, nos solidarizamos con la propuesta de consensuar un Pacto Nacional por la seguridad ciudadana”, exponen.
Creen que los organismos de seguridad deben ser dotados de normativas legales, afines con los intereses nacionales de desarrollo y que sean respetadas por todos los gobiernos.
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