Santo Domingo
Una guerrera perdió su última batalla. Gladys Gutiérrez, la primera Ministra de la Mujer, luchadora por la democracia y dirigente peledeísta. Una viuda que nunca pudo enterrar a su esposo, una madre que enterró a dos de sus hijos, es hoy despedida por familiares y amigos.
Resistió varios brotes de cáncer, múltiples operaciones, incluyendo de corazón abierto, y tantos internamientos que muchos esperaban que el último, fuera uno más, pero no fue así. La batalla que fue su vida terminó y hoy la mujer alegre y valiente, luchadora y solidaria descansa rodeada de flores.
La tristeza era el denominador común entre todas las personas que asistieron a la capilla “E”, donde el cuerpo sin vida de doña Gladys descansa rodeado por arreglos florales y sus amigos más cercanos.
Familiares y amigos entre los que se destacaron reconocidas personalidades del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), asistieron durante la mañana de este viernes a la Funeraria Blandino, en la Avenida Abraham Lincoln, para darle el último adiós.
La diputada Minou Tavares Mirabal, lamentó el deceso de Gutiérrez, al tiempo que la definió como una guerrera que supo luchar en contra de las adversidades.
Para este sábado se tiene programado una despedida en la Casa Nacional del Partido de Liberación Dominicana, donde se esperan la palabras del presidente del partido Leonel Fernández, el secretario general de esa organización Reinaldo Pared, así como la secretaria de la mujer, Alejandrina Germán.
El acto está programado para las 11 de la mañana, cuatro horas antes del sepelio fijado para las tres de la tarde, en el Cementerio Cristo Redentor.
Gladys Gutiérrez falleció la noche de ayer a las 11:15, en el Centro de Diagnóstico y Telemedicina Avanzada (Cedimat), donde había sido recluida desde hace una semana, aquejada de problemas de salud.
Gutiérrez, quien murió a los 77 años de edad, fue una destacada dirigente del PLD, partido en el que militaba desde hace varias décadas. Fue la primera ministra de la Mujer, tras la creación de esta cartera durante el primer período de gobierno de Leonel Fernández en 1996.
En el segundo período de Fernández, en el 2004, Gutiérrez volvió a ocupar el mismo puesto el cual dejó, precisamente, por razones médicas, y pasó a ocupar la posición de asesora de Género del Poder Ejecutivo, posición que ocupaba en la actualidad.
Durante los doce años de gobierno de Joaquín Balaguer, Gutiérrez se convirtió en el símbolo de las viudas que perdieron a sus esposos debido a la represión política de entonces. Su esposo, el dirigente de izquierda Henry Segarra fue hecho preso y desaparecido y su cadáver nunca fue encontrado.
Gutiérrez enfrentó otras tragedias en su vida como las muertes de dos de sus tres hijos.
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