Puerto Rico.— Puerto Rico anunció que no pudo pagar casi 370 millones de dólares en bonos que vencieron el lunes, pues no logró una reestructuración ni una solución política a la crisis de deuda que aqueja a la isla. La medida seguramente provocará demandas de acreedores y podría ser augurio para un plazo para un pago mucho mayor que vence el primero de julio.
El gobernador Alejandro García Padilla declaró el domingo que emitió una orden ejecutiva suspendiendo los pagos de deuda del Banco Gubernamental de Fomento para Puerto Rico. Enfatizó que es imposible hacer esos pagos sin privar a los habitantes de la isla de servicio públicos básicos.
Las autoridades de la isla estuvieron todo el fin de semana tratando de negociar un acuerdo que evitara la omisión de pagos, pero al parecer no lo lograron. Entretanto el Congreso en Washington hasta ahora no ha aprobado una propuesta que permitiría a Puerto Rico reestructurar su deuda.
García enfatizó que hubiera preferido tener un marco legal para poder reestructurar el monto adeudado de una manera ordenada.
Los expertos vaticinaron que la omisión de pagos anunciada probablemente no afectará mucho al mercado de bonos. La mayoría de los fondos de inversiones ya se han deshecho de la deuda puertorriqueña, aunque unos pocos siguen expuestos y podrían correr peligro.
El Banco Gubernamental de Fomento tenía un pago pendiente de 422 millones que vencía el lunes. Puerto Rico pagará 22 millones de dólares en intereses y el viernes había llegado a un acuerdo para reestructurar unos 30 millones, pero esa deja sin resolver 370 millones.
El gobierno puertorriqueño también emitirá unos 50 millones de dólares para cancelar deudas de otras agencias oficiales, que vencían el lunes.
Casi todos los bonos son manejados por fondos de inversiones de alto riesgo o de inversiones múltiples estadounidenses.
García dijo que Puerto Rico no podía realizar esos pagos sin sacrificar servicios públicos necesarios para los 3,5 millones de habitantes de la isla, como por ejemplo escuelas y hospitales.
Anunció que continuarán los intentos para tratar de llegar a una solución consensuada con los acreedores, pero prometió que nunca pondrá en peligro la vida o la seguridad de sus ciudadanos.
El gobernador venía advirtiendo desde el año pasado que la deuda total de 70.000 millones de dólares que pesa sobre la isla es impagable.DE AP
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