El presidente Danilo Medina planteó en la Asamblea de la Naciones Unidas que los paraísos fiscales no son “esencialmente soleadas repúblicas del Caribe. Por el contrario, la gran mayoría están bajo jurisdicción de los países más ricos”.
Indicó que existe la necesidad de buscar un comercio más justo para que los flujos financieros sean aliados del desarrollo y de la productividad.
Dijo que el sector financiero ganara cada vez mayor importancia, pero trae tantas oportunidades como peligros.
Sostuvo que han tenido ocasiones en las que comprobaron cómo la libertad de movimiento de capitales puede ser usada con motivos de evasión fiscal o blanqueo de capitales.
En su discurso, Medina dijo que República Dominicana, como tantos de los países presentes, solo pueden beneficiarse de unos mercados financieros más estables, más predecibles y mejor regulados.
“Así, este año hemos comenzado a adoptar las recomendaciones del Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica (GAFILAT) contra el blanqueo de capitales” .
Dijo que en estas medidas incluyen una mayor supervisión de las instituciones financieras, mayor transparencia de las personas jurídicas y de la titularidad de los activos, vigilancia de transferencias electrónicas, políticas de conservación de documentos, un marco de cooperación internacional y asistencia jurídica mutua, entre otras medidas destinadas a hacer más seguro y transparente el sistema bancario dominicano.
En cuanto a los paraísos fiscales, el mandatario dominicano puso como ejemplo el reciente fallo de la Unión Europea, condenando a la empresa tecnológica Apple por 13 mil millones de euros en impuestos eludidos, “Ponen en evidencia una realidad que ya conocíamos hace tiempo. Que los paraísos fiscales no son esencialmente soleadas repúblicas del Caribe. Por el contrario, la gran mayoría están bajo jurisdicción de los países más ricos”.
Además, contrariamente a la idea tan difundida sobre los paraísos fiscales como mero refugio del dinero, son en mayor medida plataformas para operar financiera y comercialmente en los mercados mundiales de capitales.
“Es decir, no es dinero guardado en un colchón, sino que forman parte íntegra de la economía real, sustrayéndole recursos, y robando a los Estados sus prerrogativas de soberanía fiscal” enfatizó.
Argumentó que la falta de regulación ha venido allanado el camino a los evasores y haciendo más complejo el trabajo de la administración fiscal. Esta es una gran amenaza para el financiamiento del Estado en todo el mundo, dificultando a los gobiernos el cumplimiento de las grandes responsabilidades con sus ciudadanos.
“Saludamos, por tanto, las iniciativas en todo el mundo que dan esperanza de avanzar hacia una mayor regulación de los paraísos fiscales”.
Dijo que la regulación de los paraísos fiscales ha de integrarse en la demanda de una mayor regulación y supervisión pública efectiva de los mercados financieros, para ponerlos al servicio de la economía real y de la ciudadanía.
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