Las autoridades manejaban esta mañana en secreto la investigación en torno al yate Flying Fox, propiedad de un magnate ruso, el cual lleva varias semanas incautado en el puerto de Santo Domingo.
“Se trata de una investigación de la cual no podemos ofrecer detalles, por encontrarse en una etapa secreta. Los detalles se ofrecerán en su momento debido”, dijo uno de los investigadores, consultado esta mañana por El Nacional.
Del curso de la investigación se conoce poco, y hasta la fecha solo se sabe de manera extraoficial que la investigación está en manos de las autoridades dominicanas, con la participación de Estados Unidos.
El megayate, propiedad del magnate ruso Dimitry Kamenshchik, lleva varias semanas surto en el puerto de Santo Domingo bajo la vigilancia de la Armada Dominicana.
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Ha sido objeto de dos allanamientos por parte de las autoridades dominicanas, sin que se sepan los detalles.
Ha trascendido que los allanamientos y ocupación se produjeron luego que el Gobierno estadounidense solicitara a su par dominicano su retención, como parte de sanciones impuestas por Washington a funcionarios y oligarcas rusos vinculados al presidente de Rusia, Vladimir Putin, tras la invasión en febrero a Ucrania.
“La única participación de República Dominicana en ese caso, es atender una petición que le hiciera el Gobierno de los Estados Unidos, de no permitirle la salida del país hasta tanto concluya una investigación que realizan agentes estadounidenses sobre ese yate propiedad de un empresario ruso”, expresaron fuentes consultadas por El Nacional, cuando se hizo la ocupación.
Dijeron que la petición de los Estados Unidos para que República Dominicana mantenga en el país el yate Flying Fox, uno de los yates más lujosos y costosos del mundo, fue atendida en lo inmediato por el Gobierno dominicano por las magníficas relaciones que existen entre ambas naciones.
Como parte de la colaboración, se dijo que los agentes de la Oficina de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (HSI), por sus siglas en inglés, que tienen intervenido el yate, las autoridades nacionales les estaban ofreciendo todas las facilidades necesarias.
El lujoso yate Flying Fox, llegó al puerto de Santo Domingo procedente de La Romana donde fue su primera entrada y pretendía salir del país a finales de marzo, siendo impedido por las autoridades a petición del Gobierno de Estados Unidos
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