El árbol navideño en la plaza de Praga. FOTO CEDIDA POR CIVITATIS A Brasil y, más concretamente, a Río de Janeiro, le llaman “la tierra de las celebraciones”. Por tanto, no es de extrañar que la Navidad no sea una excepción y que su famoso “Árbol Flotante” se considere todo un monumento de interés turístico.
A más de 80 metros de altura, este imponente abeto de estructura colosal domina la escena sobre la laguna Rodrigo de Freitas. Una atracción estrenada en 2014 y que estuvo interrumpida durante dos años pero que ahora ha vuelto con fuerza.
Erigido sobre un barco, el árbol flotante de Río de Janeiro está iluminado por más de tres millones de luces que, sin duda, guiarán el camino de los espíritus navideños que cada año buscan el camino a Belén.
REPÚBLICA CHECA: EL ÁRBOL DE PRAGA.
Praga, capital de la República Checa, está considerada una de las ciudades más bonitas del mundo, gracias a sus majestuosos monumentos, a su riqueza cultural y artística, y a sus rincones llenos de encanto.
Un destino casi mágico, al que podría quitársele el “casi” cuando llega la Navidad, porque Praga se viste de espíritu navideño con una impresionante decoración y su árbol no podría ser una excepción.
A apenas unos pasos de su célebre catedral, en el corazón de los mercadillos, se puede ver este abeto que para muchos es uno de los más hermosos. FRANCIA: GALERÍAS LAFAYETTE.
En París hay innumerables rincones que visitar. No por nada, la capital parisina es la ciudad del amor y del arte. Y uno de esos emblemáticos lugares, son las Galerías Lafayette.
Pero ese encanto que tienen todo el año crece durante esta época en la que su decoración navideña está protagonizada por un inmenso y majestuoso árbol cuya temática cambia en cada ocasión
Estas navidades, la inspiración del árbol de las Galerías Lafayette es la del mismísimo ártico. Ideado por el artista Lorenzo Papace, el papel maché ha dado vida a los cuerpos celestes y meteoritos, como si se tratase de un fragmento del espacio exterior.ÉXICO: EL ÁRBOL DEL ZÓCALO.
En el corazón de Ciudad de México se encuentra otro de estos árboles de Navidad imprescindibles: el imponente abeto del Zócalo, en compañía de la majestuosa Catedral Metropolitana.
Un lugar que, en ocasiones pasadas, ha contado incluso con una pista de patinaje para disfrutar del espíritu navideño sobre ruedas. Su encendido de luces es todo un acontecimiento, y durante las festividades navideñas la gente puede disfrutar de conciertos gratuitos, comida y juegos.
LITUANIA: EL ÁRBOL DE VILNA.
El árbol de Vilna, situado en Lituania, está considerado una verdadera joya. Con una estructura metálica de andamios que se eleva majestuosamente hasta los imponentes 20 metros, es toda una obra maestra de arte en decoración navideña.Compuesto por miles de ramificaciones y adornado con más de cinco kilómetros de luces, este “abeto” crea un espectáculo visual deslumbrante que ilumina la plaza principal de la capital lituana.
Además de ser una impresionante pieza central, el árbol de Vilna ofrece a los visitantes la oportunidad de explorar el tradicional mercado navideño que se extiende por cerca de 2,500 metros cuadrados en los que disfrutar del espíritu de estas fiestas.
TAIWÁN: BIENVENIDOS A CHRISTMASLAND.
Quizá pueda resultar sorprendente que Taiwán aparezca en una lista de países con los mejores árboles de Navidad del mundo… Pero es que no podía ser de otra manera cuando ese país tiene, además, un lugar que para muchos es “Christmasland”.
Y es que en la bulliciosa Taipei, la capital taiwanesa, se encuentra el distrito de Xinban y, en su corazón, un enorme y colorido árbol acompaña a la decoración que hace del lugar un parque infantil navideño.
Porque, a pesar de que la festividad cristiana no sea una tradición arraigada en las costumbres taiwanesas, la Navidad ha trascendido desde sus orígenes convirtiéndose en una fiesta que invita a la diversión.
ESTADOS UNIDOS: ROCKEFELLER CENTER.
La Navidad estadounidense es una de las que más guardamos en el imaginario, gracias en parte a las muchas comedias románticas ambientadas en estas fechas que alimentan las sobremesas durante diciembre.
Y, si se habla de Estados Unidos, Nueva York parece no tener competencia en cuanto a epicentro de estas fiestas. El árbol que se erige anualmente en el Rockefeller Center es el más renombrado del mundo.
Con una altura de entre 20 y 30 metros, esta estructura protagoniza una ceremonia de iluminación y decoración cuya tradición tiene sus raíces en 1933, una época en la que el Rockefeller Center aún estaba en construcción.
Por si esto fuera poco, este imponente árbol navideño cuenta con más de ocho kilómetros de luces y una deslumbrante estrella de tres metros de altura elaborada con cristales de Swarovski
ITALIA: EL MÁS GRANDE DEL MUNDO.
En las históricas murallas de la medieval Gubbio, en Italia, y resguardado a los pies del monte Ingino, se erige el árbol de Navidad más grande del planeta. Sin embargo, este no es un abeto en el sentido literal, sino una impactante figura creada a través de la iluminación, mediante ingeniosas luces decorativas.
Así, el “árbol” se despliega a lo largo de 650 metros por las laderas del monte, conformado por miles de destellos multicolores y un entramado de cableado que se extiende por más de diez kilómetros. No por nada, en 1991 ingresó al Guinness World Record como el árbol de Navidad más grande del mundo.
FRANCIA: ESTRASBURGO.
En Estrasburgo, una de las ciudades consideradas como capital europea, está el mercado navideño más antiguo de Francia: 450 años, ¡casi cinco siglos! Y, como no, en un lugar así no podría faltar un magnífico árbol de Navidad.
Y es que el mercado navideño de Estrasburgo es uno de los eventos más importantes del año en la ciudad y, concretamente, la ceremonia de encendido de luces, en especial las de su maravilloso abeto, siempre es una fecha señalada.
ESPAÑA: LA PUERTA DEL SOL.
Se dice que, en la capital española, Madrid, están orgullosos de sus decoraciones navideñas año tras año, pues reciben infinidad de visitantes que acuden a ver el encendido de las luces, la Plaza Mayor o la esfera de 12 metros de diámetro en el cruce de la Gran Vía con la calle de Alcalá, adornada con 43.000 luces.
Además, el árbol de la Puerta del Sol, lugar desde donde se retransmiten las tradicionales uvas que se consumen en el país para dar la bienvenida al año nuevo, es otra de las atracciones de mayor interés.
Este árbol, que suele variar de diseño cada año, suele estar conformado por una estructura metálica decorada a través de la iluminación, llenando de luz el corazón de la ciudad. Y, este año, en concreto, el dorado es el protagonista.
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