"La intoxicación alimentaria es un síndrome que resulta de la ingesta de alimentos contaminados con microrganismos, toxinas o sustancias químicas", explica la infectóloga Elianet Castillo, del Centro Médico de Diabetes, Obesidad y Especialidades (Cemdoe).
Los alimentos que con mayor frecuencia se relacionan con este tipo de intoxicaciones son el huevo, las carnes no cocinadas completamente o recalentadas de forma no exitosa, las cremas, las mayonesas, la leche no pasteurizada, los mariscos, las frutas y los vegetales.
A continuación, siete consejos que te ayudarán a disminuir el riesgo de consumir alimentos contaminados en tus cenas de Nochebuena y fin de año.
1. Lávate las manos
La higiene al momento de cocinar es muy importante para evitar intoxicaciones alimentarias, y es que de nada vale que hayas lavado tus alimentos si tus manos están sucias.
Los momentos clave en los que debes lavarte las manos son: antes, durante y después de preparar cualquier alimento. Después de manipular carne, pollo u otras aves, pescado, harina o huevos crudos.
2. Lava bien las frutas y verduras
Las frutas y verduras deben lavarse bien antes de cocinarlas. Al lavarlas, reduces las bacterias que pueden estar presente en los productos frescos; es la mejor manera de reducir el riesgo de contraer enfermedades transmitidas por estos alimentos.
Ten presente que debes lavarlas aunque vayas a retirar la cáscara, pues los microbios que están en la cáscara pueden ingresar a las frutas y verduras al cortarlas.
3. Separa los alimentos y lava los utensilios
En Nochebuena es común preparar varios platos a la vez, lo que muchas veces conlleva el uso de utensilios indistintamente para cortar productos crudos y cocinados, carnes y vegetales a la vez.
Es importante que separes los alimentos y laves los utensilios cada vez que los uses, en especial si se trata de alimentos crudos, ya que de no hacerlo pudiera producirse lo que se conoce como contaminación cruzada.
4. Cocina los alimentos a la temperatura correcta
Son muchos los microorganismos patógenos que no soportan temperaturas superiores a los 60 - 65 grados centígrados, por lo que esta es la temperatura a la que debes cocinar tus alimentos, por al menos dos minutos.
Los expertos concuerdan en que a estos grados, a los que se llega con la mayoría de métodos de cocción, las bacterias empiezan a degradarse y lo hacen más, a medida que se mantiene la temperatura con el tiempo o si se aumenta.
5. No dejes alimentos perecederos fuera de la nevera
Platos como la ensalada rusa y preparaciones que contengan lácteos suelen dañarse si duran mucho tiempo sin refrigerar. Lo ideal es que si no lo consumirás justo después de prepararlos, los mantengas en la nevera hasta que llegue el momento de la cena.
De igual forma, si guardarás lo que sobró para el recalentado de Navidad, asegúrate de refrigerar estos platos inmediatamente haya terminado la cena.
6. No marines los alimentos en la meseta de la cocina
Marinar a temperatura ambiente puede favorecer al crecimiento de bacterias peligrosas y provocar enfermedades transmitidas por los alimentos. La forma más segura de hacerlo es entrar el alimento marinado al refrigerador.
7. Revisa las conservas
Lo primero en lo que debes fijarte es en la fecha de caducidad de las conservas que vas a utilizar. Una vez certifiques que no están vencidas, revisa que las latas no tengan golpes, no estén abombadas ni tengan zonas oxidadas. Desecha aquellas que al abrirlas desprendas gas o huelan mal.
Cómo reconocer una intoxicación alimentaria
De acuerdo con la infectóloga Elianet Castillo, luego de que una persona ingiere comida contaminada, por lo regular los síntomas inician pasadas las primeras seis horas después de la ingesta. Los signos de advertencia aparecen de manera abrupta y los más comunes son náuseas, vómitos, diarreas, cólicos abdominales, malestar general y, en algunos casos, fiebre.
"Una pista de que estamos ante una intoxicación alimentaria es que suele haber más personas afectadas que también estuvieron expuestas a esta fuente común contaminada", refiere Castillo. "Generalmente los síntomas duran pocos días y la mayoría se recupera satisfactoriamente sin intervención médica".
Sin embargo, en casos de personas con cáncer, pacientes que utilizan esteroides u otros medicamentos inmunosupresores, pacientes con comorbilidades como cardiópatas, enfermedad renal crónica y diabéticos, el cuadro puede ser mucho más agresivo o de larga duración y requieren de una atención médica especializada, detalla la profesional.
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