A juicio de representantes de organizaciones del sector, el crecimiento de la población hispana –junto con otras minorías– impone una serie de "desafíos".
WASHINGTON.- "Diversidad" fue la palabra que emplearon los responsables de la Oficina del Censo de Estados Unidos antes de informar que en el país viven 50,5 millones de hispanos. Una cifra que representa un crecimiento del 43% en comparación con los registros de 2000.
Según los datos dados a conocer en Washington, uno de cada seis estadounidenses es latino de primera generación o descendiente y en su conjunto representan el 16% de los 308,7 millones de habitantes que tiene el país.
Desde la Oficina del Censo aseguran que "más de la mitad" del incremento total de la población de EE.UU. estuvo empujado por el crecimiento de la minoría hispana que lo hizo mucho más rápido que los que no son de origen hispano.
Los afroestadounidenses suman 38,9 millones y representan el 13% del total.
El número de personas de origen asiático, en tanto, pasó de 10,2 millones en el año 2000 a 14,7 millones en 2010.
Cambios sociales
A juicio de representantes de organizaciones del sector, el crecimiento de la población hispana –junto con otras minorías– impone una serie de "desafíos".
Para el director de comunicación de Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA, por sus siglas en inglés), Jorge Mario Cabrera, esta nueva configuración demográfica "debe reconocerse en términos políticos y económicos, en términos culturales y, obviamente, sociales".
En diálogo con BBC Mundo, Cabrera reconoce que "no es fácil ver un cambio así a un país sin que alguien se sienta un poco a la defensiva", pero está convencido de que "la diversidad engrandece a EE.UU.".
El director de comunicación de CHIRLA insiste en la necesidad de una reforma migratoria.
"De esos 50 millones, 11 millones no están regularizados. Están aquí, trabajan, colaboran, forjan empleos, compran casas, participan de las actividades cívicas de sus comunidades y al mismo tiempo ayudan a sus países de origen enviando dinero", afirma.
Oportunidades
Arturo Vargas, director de la Asociación de Funcionarios Latinos Electos y Designados (NALEO, por sus siglas en inglés) ve como una "oportunidad" el hecho de que los hispanos "pueden contribuir a la economía de este país".
Para Vargas, el desafío está relacionado con la juventud, ya que "en muchos estados son más lo menores de 18 años latinos que los no latinos".
"Si hoy en día no invertimos en la educación de los niños y jóvenes latinos, se pone en peligro el futuro de EE.UU.", dice en diálogo con BBC Mundo.
El titular de NALEO no ve mayores problemas en términos de integración y en ese sentido explica que "las nuevas generaciones" lo están haciendo "de manera más rápida que en otras épocas".
Sin embargo, insiste en que "lo que se necesita es educación formal; porque no se trata solamente de hablar inglés, sino de manejar todas las habilidades que se necesitan en este siglo".
Inserción económica y cultural
Al centrar la mirada en los latinos no nacidos en EE.UU. desde CHIRLA consideran que en "épocas económicamente difíciles" es "entendible" que los estadounidenses puedan temer perder sus empleos ante el fenómeno de la inmigración.
Sin embargo aclara que desde su organización consideran que "los inmigrantes son un pilar fundamental para el sostenimiento de la economía del país".
En términos culturales las mixturas de unos con otros parece ser "inevitables".
"Es parte de la dinámica que la sociedad cambie a los inmigrantes y que los inmigrantes cambien a la sociedad en la que se insertan. Es inevitable la influencia en la sociedad mayoritaria, pero al mismo tiempo muchos de los latinos se consideran estadounidenses", afirma Vargas.
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