La mañana del 15 de abril, en el patio de su casa, bajo una mata de mango y con voz calmada, un hombre sereno dice: “Una cosa es decir algo sencillamente y otra decirla con esplendor, con un poco de esmalte, eso es literatura”.
¿Quién más puede expresarse de esa manera que un escritor con más de 1,800 artículos publicados en su columna “Pensamiento y Vida”, del LISTÍN DIARIO.
Pero Francisco José Arnaiz asegura que ha aprendido a “escribir escribiendo” y que cuando tenía que viajar dejaba sus trabajos preparados para que se los publicaran porque considera que tiene un buen lugar en el Listín.
En los inicios de su columna, Arnaiz escribía artículos sobre la vida nacional en la época de la tiranía trujillista y de las elecciones que se realizaban en el país.
Llegó a publicar tres artículos sobre el liderazgo moderno, que según él, es muy distinto de lo que era antiguamente.
En la actualidad escribe sobre temas religiosos y de teología. Confiesa que ha sido un lector empedernido y que en este momento está leyendo cuatro o cinco libros. No tiene género preferido, pero le gusta mucho todo tipo de poesía.
“El libro es el gran compañero de una persona, es el que le ensancha los conocimientos.
Existen dos tipos lecturas: una que es leer para conocer más y la otra para disfrutar, ésta última, tiene que ser reposada, para poder comprender lo que se lee”, señaló. En su conversación recuerda al escritor y filósofo español Miguel Unamuno, para expresar: “Cuando se lee lo que ya se conoce, no se avanza en conocimiento”, y prosigue que ha leído mucho de química y física, cosas que no entendía nada, pero que se obligaba a leer una y otra vez, porque el lector tiene que retarse.
A sus 86 años, Arnaiz presentará en la XIV Feria Internacional del Libro de Santo Domingo, que este año está dedicada a él, su más reciente obra titulada “Cuando nosotros decíamos paz, ellos gritaban guerra”, una recopilación de los mensajes del Papa Pablo VI, que ya han sido publicados en “Pensamiento y Vida”.
Sin duda este gran escritor, nacido en España, pero que se siente más dominicano que muchos, ha hecho un gran aporte a la literatura dominicana con sus más de veinte publicaciones, entre las que se pueden citar: “Datos y análisis para la Historia” publicado en 1981, que es parte de su tesis doctoral sobre la psicología de Alfred Adler, y que dedicó al Cardenal Octavio A. Beras; “Dinámica egocéntrica”, 1967; “María Sponsa Spiritus Sancti”, 1967; “Los Ejercicios Espirituales para el hombre de hoy”, 1973; “Más luces que sombras”, 1989, “San Ignacio de Loyola por dentro” 1991 y “Bitácoras, Yelmos y Cruces”, 1992.
También están incluidos “Hacia Belén” 1996, “El Celibato” 2003, “Fisonomía de Cristo” 2005, “Fray Bartolomé de las Casas, evangelizador y defensor de los indios” 1989 y “La madurez de los pueblos exige tiempo”, de 2006, entre muchos más.
El fenecido Rafael Herrera, que fue director del LISTÍN DIARIO, lo definía como “un sacerdote de luces, de trabajo incansable y conocedor de los hombres y sus problemas. La impresión de muchos es que nació Obispo”.
Preparación
Monseñor Arnaiz estudió filosofía e hizo un doctorado en teología en la Universidad Pontificia de Comillas, España.
También cuenta con una licenciatura en humanidades clásicas.
Fue profesor y rector de la facultad de letras de los jesuitas en Cuba, en el 1959.
Durante 37 años fue profesor de teología en el seminario Santo Tomás de Aquino, y rector de la misma por un período de 14 años.
Ha impartido docencia a nivel secundario y preuniversitario en humanidades clásicas, retórica, latín y griego, literatura universal, literatura latinoamericana, arte, física, química y mineralogía.
A nivel universitario ha enseñado teología sistemática (Trinidad, Cristología, Tratado de Gracia, escatología, mariología), antropología física y cultural, historia de la Iglesia, psiquiatría y psicología clínica, sociología, Doctrina Social de la Iglesia y Pastoral.
Al final de la conversación, monseñor Arnaiz sentenció: “Debo mi cultura al haber leído mucho, agradezco que desde niño me enseñaron a hacerlo”.
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TESTIMONIO PERSONAL
Nunca había tenido la oportunidad de conocer a Arnaiz, pero me impresionó mucho ver como una persona, que a pesar de su edad, aún esté completamente lúcido.
Un gran ser humano, se esconde debajo de su sotana.
Me llena de mucha alegría conocer gente como Monseñor, porque dejan en mí, un legado bien marcado que me ayuda a que como joven, me inspire cada día más, para lograr todas las metas que me proponga.
Arnaiz, a pesar de ser un extranjero en éste pedacito de isla, ha sabido ser un portador de conocimientos y ha luchado en defensa de los más desposeídos.
Una de las frases que más me impacto del padre Arnaiz fue: “Leer no es pasar los ojos por las letras”, porque muchas veces, no somos capaces de leer un buen libro y si lo hacemos, vamos con tanta prisa por la vida, que no nos detenemos a analizar lo que estamos leyendo.
Perdemos el tiempo en cosas que no tienen importancia, y dejamos a un lado la oportunidad de obtener algún conocimiento.
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