El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Santo Domingo, monseñor Pablo Cedano, afirmó ayer que el mundo de hoy está muy agitado por las drogas, el dinero, el afán de lucro y otras cosas a las que recurren los seres humanos para satisfacer su corazón, cuando solo Dios lo puede hacer.
“Nada ni nadie que no sea Dios llena el corazón del ser humano, de ahí que debemos orar mucho por los sacerdotes y por todo el pueblo de Dios, porque ciertamente el maligno anda como el león buscando a quien tragarse, a quien devorar”, dijo el obispo durante el sermón de la eucaristía.
Cedano ofició la misa que ofreció el Movimiento Sacerdotal Mariano, en la que se hizo un acto de consagración al Corazón Inmaculado de María para los religiosos y fieles.
El obispo pidió al pueblo seguir orando y guiado por los sacerdotes, los obispos y la iglesia, trabajando en la acción pastoral, para que todos como pueblo de Dios y cada uno desde su lugar siga evangelizando al mundo y cumpliendo con la tarea que les dejó Jesucristo.
“Para que cada uno en el pueblo de Dios y en la iglesia ocupe su lugar con dignidad y con fidelidad sigamos orando a Dios, que es el que nos guía y nos salva, para que todos nosotros, respondiendo a su palabra en fe y en amor podamos hacer el camino, instruyendo las futuras generaciones que hoy dependen de nosotros”, dijo. Al destacar la responsabilidad de los sacerdotes, Cedano reconoce que como humanos también son pecadores.
“El maligno tienta a todo el mundo y si tentó a Jesucristo díganme si no va a tentar a los sacerdotes. Jesucristo no cayó, pero hay muchos sacerdotes que han caido”, sostuvo.
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