Dallas. Turistas, periodistas y operarios conferían ayer un ambiente de ajetreo y nerviosismo a Dealey Plaza de Dallas (EE.UU.), donde fue asesinado el 22 de noviembre de 1963 el presidente estadounidense John F. Kennedy y donde ayer se le rendirá un homenaje al cumplirse 50 años de su muerte.
Los operarios construyen el escenario que acogerá un homenaje con más de 5,000 asistentes, los periodistas plagaron de antenas de transmisión el centro de Dallas y los turistas repasan todos los escenarios vinculados al gran magnicidio del siglo XX en EE.UU.
Además, durante las obras, los operarios taparon la marca en forma de equis que indicaba el punto exacto de la avenida donde le dispararon al líder demócrata, lo que concede a los visitantes una mayor sensación de excepcionalidad.
Miles de personas se quedaron hace meses sin entradas para acceder a la ceremonia, que, en un sorteo, limitó a 5,000 el aforo para el público general.
Cinco de esas entradas son para la familia Deaie, venida de Escocia para la ocasión. El padre, Bill, amante de la historia y atraído por este trágico episodio, quería visitar con su esposa y sus tres hijos Dallas en esta fecha, antes de volar para Hawai.
"Solicitamos las entradas por Internet y tuvimos suerte", cuenta a Efe equipado de una cámara de fotos delante del lugar de la tragedia. EFE
Los operarios construyen el escenario que acogerá un homenaje con más de 5,000 asistentes, los periodistas plagaron de antenas de transmisión el centro de Dallas y los turistas repasan todos los escenarios vinculados al gran magnicidio del siglo XX en EE.UU.
Además, durante las obras, los operarios taparon la marca en forma de equis que indicaba el punto exacto de la avenida donde le dispararon al líder demócrata, lo que concede a los visitantes una mayor sensación de excepcionalidad.
Miles de personas se quedaron hace meses sin entradas para acceder a la ceremonia, que, en un sorteo, limitó a 5,000 el aforo para el público general.
Cinco de esas entradas son para la familia Deaie, venida de Escocia para la ocasión. El padre, Bill, amante de la historia y atraído por este trágico episodio, quería visitar con su esposa y sus tres hijos Dallas en esta fecha, antes de volar para Hawai.
"Solicitamos las entradas por Internet y tuvimos suerte", cuenta a Efe equipado de una cámara de fotos delante del lugar de la tragedia. EFE
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