A la alcachofa no le basta con ser deliciosa, también es saludable. Se le conoce como uno de los vegetales más favorecedores de la salud del hígado, especialmente por su propiedad desintoxicante gracias a la ausencia de grasas.
El cirujano general y del aparato digestivo Jorge Pamplona Roger detalla en su libro “La salud por los alimentos” (Editorial Sanfeliz, 2002) que la alcachofa contiene sobre todo hidratos de carbono (5.11%) y proteínas (3.27%). “Sin embargo, lo más destacable de su composición son una serie de sustancias que se encuentran en cantidades muy pequeñas pero dotadas de notables efectos fisiológicos”, señala en el libro.
Sustancias buenas
Dentro de esas sustancias destaca la cinarina, o ácido 1.5-dicafeilquínico, que actúa tanto sobre los hepatocitos (células del hígado) como sobre las células del riñón.
Dentro de esas sustancias destaca la cinarina, o ácido 1.5-dicafeilquínico, que actúa tanto sobre los hepatocitos (células del hígado) como sobre las células del riñón.
Pamplona Roger destaca también la presencia de cinarósido, “un glucósido flavonoide de acción antiinflamatoria” y cinaropicrina “sustancia responsable de su sabor amargo”.
En la alcachofa también hay presencia de los ácidos orgánicos málico, láctico, cítrico, glicólico y glicérico que potencian la acción de las sustancias antes mencionadas.
El especialista refiere en la publicación que la alcachofa también contiene esteroles como el beta-sitosterol y estigmasterol, sustancias similares al colesterol en su composición, pero de origen vegetal “que poseen el interesante efecto de limitar la absorción del colesterol en el instestino”, indica el también especialista en Educación para la Salud.
Los beneficios
La cinarina, presente en la alcachofa, beneficia al hígado gracias a su efecto colerético (aumento de la secreción biliar). También tiene acción colagoga (facilita el vaciamiento de la vesícula biliar), por lo que se recomienda su consumo en caso de dispepsia biliar provocada por colelitiasis (piedras en la vesícula).
La cinarina, presente en la alcachofa, beneficia al hígado gracias a su efecto colerético (aumento de la secreción biliar). También tiene acción colagoga (facilita el vaciamiento de la vesícula biliar), por lo que se recomienda su consumo en caso de dispepsia biliar provocada por colelitiasis (piedras en la vesícula).
“La bilis segregada después del consumo de alcachofas es menos densa, lo que contribuye a descongestionar el hígado”, señala en su libro Pamplona Roger.
El experto añade que síntomas comunes de problemas biliares como gusto amargo en la boca y digestiones lentas tras la ingesta de grasas mejoran considerablemente luego de practicar una cura de alcachofas. Para ello se debe consumir “medio kilo de alcachofas a diario durante entre 3 a 4 días”, dice.
Más ventajas
En lo concerniente al riñón, la cinarina y sus sutancias acompañantes tienen propiedades diuréticas, un aumento en la producción de orina.
En lo concerniente al riñón, la cinarina y sus sutancias acompañantes tienen propiedades diuréticas, un aumento en la producción de orina.
Además disminuye la tendencia del colesterol a depositarse en las paredes de las arterias, lo que convierte a este vegetal en un excelente aliado contra enfermedades como la aterosclerosis y lo hace útil contra los padecimientos cardiovasculares.
Otros beneficios a la salud de consumir alcachofa es su suave acción hipoglucemiante, que la convierte en una aliada contra la diabetes, y su efecto regenerador de afecciones de la piel como dermatitis, eccema o alergia cutánea.
Consejos útiles- La alcachofa es muy digerible para sanos y enfermos.
-Como otros alimentos (papa, aguacate o guineo maduro) la alcachofa tiende a oxidarse al contacto con el aire, por lo que conviene añadirle limón después de pelarla.
-Lo que se consume de la alcachofa (que es en realidad una flor) es el corazón y algunos de los pétalos más tiernos.
- La mejor forma de consumirla es cruda, aliñada con aceite, limón y algo de sal.
-También es buena idea prepararlas salteadas y asadas, pero también hervidas o al vapor, en este caso se recomienda cocinarlas enteras y usar el agua residual para caldos o sopas.
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