Empresarios del transporte de pasajeros y presidentes de federaciones de choferes desautorizaron este jueves a choferes del concho que aumentaron cinco pesos a la tarifa de manera unilateral, y sostienen que “las rebajas en el precio del pasaje son irreversibles”. Antonio Marte, de la Confederación Nacional del Transporte (Conatra); Arsenio Quevedo, de la Unión Nacional de Transportistas y Afines (Unatrafin); Alfredo Pulinario Linares (Cambita), del Movimiento de Choferes del Transporte (Mochotran), y Juan Marte, de la Central Nacional de Trabajadores del Transporte (CNTT), dicen que aplicar alzas en el pasaje es dar una estocada mortal a los usuarios.
Marte, de Conatra, indicó que en vez de aumentar el pasaje lo que esa entidad está sopesando es reducir más la tarifa si los combustibles continúan bajando.
También indicó que iniciarán una lucha que concluirá cuando el Gobierno termine de dotar de la tarjeta bonogas a los choferes del concho, porque apenas un 10 por ciento disfruta de ese beneficio.
Quevedo, de Unatrafin y Cambita Linares, de Mochotran, coincidieron en que “el precio del pasaje urbano e interurbano en las rutas que controlan se mantiene sin variación, las rebajas son irreversibles, y contemplamos bajar otras en proporción a la tarifa si los carburantes siguen reduciendo”.
Juan Marte, de la CNTT subrayó que “en la región Norte el pasaje sigue igual, a 20 pesos en todas las rutas de Santiago, y continúa en las rutas suburbanas e interurbanas las reducciones de 5, 10 y 15 pesos”.
Enfatizó que “estudiamos aplicar más rebajas si al galón de GLP le aplican reducciones, pues aquí en Santiago la tarifa continúa inalterable porque los choferes escuchan a sus dirigentes”.
Conatra dijo que mantiene las rebajas de 5, 10, 15 y 40 pesos en el transporte urbano e interurbano y que en la medida que desciendan los precios del galón de gasoil y GLP seguirá aplicando más rebajas en la tarifa del transporte para beneficio de los usuarios.
Los empresarios del transporte también llamaron al Gobierno, a que tome medidas que obliguen a los empresarios y comerciantes a reducir los precios de los productos de primera necesidad, para evitar que los choferes y la población se tiren a las calles.
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