¿Cómo imagina el sabor del jugo de yuca? ¿Y del ponche, del ‘cheesecake’ o del dulce elaborados con este tubérculo emblemático de la gastronomía dominicana? ¿Qué importante conquistador español se hizo rico con una factoría de yuca que instaló en San Rafael del Yuma a principios del siglo XVI? Aprenderá muchísimo sobre la Manihot esculenta los días 19, 20 y 21 de enero en Higüey, fecha en la que el municipio cabecera de la provincia La Altagracia celebrará el Segundo Festival Gastronómico de la Yuca.
Mostrar la diversidad gastronómica de este producto es precisamente el principal objetivo del evento, dice a LISTÍN DIARIO Darío Yunes García, presidente de la Comisión Civil de Desarrollo de la provincia La Altagracia (Cocdepal), entidad que lo organiza.
Dedicado a Rufina Santana Rijo, una reconocida higüeyana experta en la elaboración de las empanadillas llamadas catibías, el festival se desarrollará en la vía cultural Antonio Valdez hijo, donde serán instaladas 12 carpas que acogerán unos 48 expositores desde las 10:00 de la mañana hasta las 10:00 de la noche.
Además de la venta de los subproductos de la yuca, el festival acogerá otras manifestaciones culturales de la provincia: artesanía, artes plásticas, encuentros musicales y literarios y la exposición y venta de libros de autores altagracianos.
Yanes informa que como parte de las actividades se le otorgará un reconocimiento póstumo al músico Paco Arache, creador de una canción dedicada a la yuca; y será puesta en circulación una nueva edición de la novela Over, en conmemoración del centenario de su autor, el altagraciano Ramón Marrero Aristy (1913-1959).
Yucahú, el dios de la yuca
La yuca, explica Yanes, está vinculada a Yucahú Baguá Morocoti, la deidad más elevada de los indígenas. Los aborígenes enterraban el trigonolito que representa al dios (con la boca abierta en señal del concepto de alimentación) confiados en que este les proveería de una buena cosecha.
La yuca, explica Yanes, está vinculada a Yucahú Baguá Morocoti, la deidad más elevada de los indígenas. Los aborígenes enterraban el trigonolito que representa al dios (con la boca abierta en señal del concepto de alimentación) confiados en que este les proveería de una buena cosecha.
Al enterrar el Yucahú, comenta, los indígenas pedían abundancia y protección contra las plagas, los huracanes y otros elementos de la naturaleza.
“Por eso iniciamos el festival, porque la yuca está vinculada a nosotros desde la era precolombina y su consumo se ha mantenido de manera ininterrumpida. Resulta, además, que donde más subproductos de la yuca se elaboran en el país es precisamente en Higüey”.
Como esta tradición se estaba perdiendo, asegura que fue una gran sorpresa ver en la pasada edición del festival una gran variedad de platos elaborados con yuca, entre ellos ponche y jugo, flan, dulce de coco con yuca, picarones y otros platos que se sumaron a los tradicionales casabes, chulitos rellenos, roquetes, buñuelos, yuca frita y hervida y empanadillas.
“Tenemos mayor vinculación con la yuca que cualquier otra provincia. Cuando Juan Ponce de León llega a Higüey ñél fue el verdadero fundador de la villa- y crea el primer emplazamiento de ciudad en San Rafael del Yuma, ¿sabes lo que le dio su riqueza? Una factoría de yuca. Allí hacía el casabe para suministrárselo a la corona como alimento para los españoles que estaban tanto en tierra firme como en travesía en altamar, porque el casabe tiene la condición de que te puede durar hasta un año”.
Yunes, ingeniero, expresidente del Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores (CODIA) y un apasionado de la historia aborigen dominicana, cuenta que no conforme con la factoría que tenía en San Rafael del Yuma, Ponce de León montó otra en la isla La mona y tres más en Puerto Rico, luego de conquistar esta isla.
El festival, pues, es una forma de rescatar las tradiciones de los altagracianos, de hacer actividades que los involucren ya que por muchos años les han dejado la ciudad a los peregrinos y a los turistas que visitan la Basílica Nuestra Señora de la Altagracia, sostiene. De hecho, el último día del festival coincide con la celebración dedicada a la patrona de la ciudad.
“El año pasado logramos que los higüeyanos salieran de sus casas y se integraran a esa colectividad, junto a los peregrinos. Incluso declaramos el 20 de enero como ‘Día del higüeyano no residente’ y reconocimos a 14 de ellos, quienes tuvieron un encuentro con sus raíces, amigos y antiguos vecinos. Fue un día de confraternidad y este año lo repetiremos reconociendo a otros 15”.
UN PEDIDO ESPECIAL AL PRESIDENTE DE RD
Entre los muchos objetivos del Festival Gastronómico de la Yuca, Yunes señala que desearían que quienes elaboran los subproductos de la yuca sean reconocidos como microempresarios para que se beneficien de orientación y ayuda financieras.
Entre los muchos objetivos del Festival Gastronómico de la Yuca, Yunes señala que desearían que quienes elaboran los subproductos de la yuca sean reconocidos como microempresarios para que se beneficien de orientación y ayuda financieras.
“Queremos que el presidente Danilo Medina apoye a los cultivadores de yuca financiándoles un 5% a través del Fondo Especial Para el Desarrollo Agropecuario (FEDA). Pero también queremos que el presidente tome en cuenta estos subproductos de la yuca como opción alimenticia para los alumnos del plan de tanda extendida”.
De esta forma, agrega Yunes, “aumentaríamos el producto interno de la provincia, convertiríamos empleados pobres en clase media, que es la clase que dinamiza y transforma la sociedad. Aparte de eso estaríamos sustituyendo importaciones, porque cuando tú te comes una empanada de harina de yuca estás sustituyendo la harina de trigo y estás evitando que los dólares se vayan fuera del país”.
Otra de las metas es conseguir que los hoteles de la zona incluyan en sus menús platos elaborados con yuca. Eso les motivó a incluir entre los miembros del jurado del festival (habrá premios y trofeos) a Ernesto Veloz, residente de la Asociación de Hoteles y Proyectos Turísticos de la Zona Este. En Higu¨ey se celebran también los festivales de la leche (junio) y del arroz (octubre). Con ellos, dice Yunes, buscan convertir el municipio en “una ciudad arquiturística y gastronómica”.FUENTE LISTIN DIARIO
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