Los españoles castigaron el domingo a sus partidos tradicionales después de casi una década de crisis económica y entregaron la llave de sus alcaldías y gobiernos regionales a las nuevas formaciones Podemos y Ciudadanos a seis meses de las elecciones presidenciales.
Con el 90% de las papeletas escrutadas, el gobernante Partido Popular ganaba las elecciones municipales en todo el país con más de 5,4 millones de votos. El centro derecha del presidente Mariano Rajoy se imponía provisionalmente en 11 de las 13 regiones pero sin mayoría suficiente y con la necesidad de llegar a acuerdos si quiere gobernar.
La suma de votos de socialistas y populares, que han gobernado el país en los últimos 35 años, fue de 51% en comparación de 65,3% de las elecciones locales de 2011.
Los dos termómetros del cambio de mapa político fueron Madrid y Barcelona.
Dos coaliciones de izquierda popular, en las que está integrada Podemos, ganaban provisionalmente las alcaldías, a la espera de concretar pactos que les permitan gobernar. Los pactos serán a partir de ahora la clave de la política española.
Mientras tanto, los socialistas (PSOE) permanecen como segunda fuerza a nivel estatal, con el 25,18 por ciento, algo más de dos puntos por debajo de lo registrado hace cuatro años.
Como las encuestas de las últimas semanas ya apuntaban, se ha producido la irrupción de dos nuevos partidos, Podemos (izquierda anti austeridad) y Ciudadanos (liberales centristas), que pueden ser decisivos para crear mayorías, es especial el primero, que incluso podría alcanzar importantes gobiernos locales.
La pérdida de las mayorías absolutas podría hacer que el PP dejara de controlar los ayuntamientos de grandes ciudades como Madrid, Valencia y Sevilla, entre otras capitales, que podrían pasar a manos de la izquierda.
En concreto, la capital del Estado podría ser gobernada por la candidata de Podemos, una fuerza surgida del movimiento de los “indignados”.
En Barcelona el triunfo es de una formación denominada “Barcelona en Común”, cuyo origen es similar al caso de Madrid, aunque la existencia de varios partidos representados en el ayuntamiento barcelonés obligaría a un pacto de varias fuerzas.
En Bilbao (norte) gobernarán previsiblemente los nacionalistas del PNV, aunque necesitarán apoyos.
El dominio del PP en la política española se traducía hasta ahora también en el control de la mayoría de las comunidades autónomas.
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EL PROCESO INCLUYÓ A ASAMBLEAS REGIONALES
En trece de las diecisiete comunidades se elegía ayer también a los miembros de las asambleas regionales.
EL PROCESO INCLUYÓ A ASAMBLEAS REGIONALES
En trece de las diecisiete comunidades se elegía ayer también a los miembros de las asambleas regionales.
Los resultados anunciaron que el PP pierde la mayoría absoluta en la mayoría de esas regiones y que deberá contar con el respaldo de algún partido, como Ciudadanos (liberales centristas), si quiere seguir gobernando, aunque la unión de fuerzas como PSOE y Podemos podría dar el poder a la izquierda en varios puntos.
Puede ser el caso de la región de Madrid (6,5 millones de habitantes), donde la izquierda podría recuperar un gobierno que perdió hace veinte años.
Lo mismo ocurre en la región de la Comunidad Valenciana, uno de los feudos del PP en las dos últimas décadas, donde los populares ganaron ayer domingo pero la unión de partidos de izquierda les podría dejar fuera del gobierno.Agencias
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