La conferencia del Episcopado Dominicano criticó este martes los males que afectan a la sociedad dominicana, entre los que citó la violencia, inseguridad ciudadana, la corrupción y el incumplimiento de la ley, entre otros.
Sobre el sector político dijo que vivimos en una época fuertemente condicionada por las políticas del mercado, donde todo es medido y valorado según la utilidad y la rentabilidad, también de las personas.
“Vemos con preocupación cómo la corrupción priva a la población de recursos económicos que deberían ser destinados para satisfacer sus necesidades básicas: educación, vivienda, alimentación, salud, seguridad, justicia, salarios dignos”, aducen los obispos en su carta pastoral con motivo de la celebración del Día de la Virgen de la Altagracia, este 21 de enero.
Señalan que la impunidad es la mejor manera de incentivar a los corruptos a apropiarse de los bienes del pueblo y al mismo tiempo una manera de mal educar a las nuevas generaciones.
“El incumplimiento de la ley: estamos en un país donde no faltan las leyes, pero no siempre son respetadas y aplicadas o se aplican a los ciudadanos de una manera muy selectiva.
Agregaron que: estamos iniciando el 2016, un año de contienda electoral en el que se elegirán a los servidores públicos a nivel Ejecutivo, Legislativo y Municipal, del país. Nos preguntamos qué podría aportar la virtud de la misericordia en este mundo tan particular.
“Percibimos la devaluación de la credibilidad en el ejercicio de la política. La gente percibe que la política es un negocio de fácil enriquecimiento para unos pocos que logran escalar a puestos dirigenciales en el tren gubernamental, y no un ejercicio de servicio a la sociedad y al bien común”, plantean.
Sobre la inseguridad ciudadana y criminalidad dijeron "que es altamente preocupante el alto nivel de violencia que ha ido permeando todas las esferas sociales de nuestro país, desde la familia con los feminicidios, hasta los secuestros y el sicariato; segar la vida de un ser humano por un simple celular, hasta tener que soportar la vergüenza de presenciar la implicación en no pocos hechos delictivos de miembros de las mismas instituciones encargadas de garantizar el orden público y combatir la violencia, así como de la seguridad ciudadana y nacional".
Igualmente, los obispos en el documento señalaron que les preocupa grandemente la violación del sagrado derecho a la vida desde sus inicios. La vida, ese don supremo de Dios, es amenazada desde el mismo seno materno así como también por el creciente clima de violencia -
Sobre el sector político dijo que vivimos en una época fuertemente condicionada por las políticas del mercado, donde todo es medido y valorado según la utilidad y la rentabilidad, también de las personas.
“Vemos con preocupación cómo la corrupción priva a la población de recursos económicos que deberían ser destinados para satisfacer sus necesidades básicas: educación, vivienda, alimentación, salud, seguridad, justicia, salarios dignos”, aducen los obispos en su carta pastoral con motivo de la celebración del Día de la Virgen de la Altagracia, este 21 de enero.
Señalan que la impunidad es la mejor manera de incentivar a los corruptos a apropiarse de los bienes del pueblo y al mismo tiempo una manera de mal educar a las nuevas generaciones.
“El incumplimiento de la ley: estamos en un país donde no faltan las leyes, pero no siempre son respetadas y aplicadas o se aplican a los ciudadanos de una manera muy selectiva.
Agregaron que: estamos iniciando el 2016, un año de contienda electoral en el que se elegirán a los servidores públicos a nivel Ejecutivo, Legislativo y Municipal, del país. Nos preguntamos qué podría aportar la virtud de la misericordia en este mundo tan particular.
“Percibimos la devaluación de la credibilidad en el ejercicio de la política. La gente percibe que la política es un negocio de fácil enriquecimiento para unos pocos que logran escalar a puestos dirigenciales en el tren gubernamental, y no un ejercicio de servicio a la sociedad y al bien común”, plantean.
Sobre la inseguridad ciudadana y criminalidad dijeron "que es altamente preocupante el alto nivel de violencia que ha ido permeando todas las esferas sociales de nuestro país, desde la familia con los feminicidios, hasta los secuestros y el sicariato; segar la vida de un ser humano por un simple celular, hasta tener que soportar la vergüenza de presenciar la implicación en no pocos hechos delictivos de miembros de las mismas instituciones encargadas de garantizar el orden público y combatir la violencia, así como de la seguridad ciudadana y nacional".
Igualmente, los obispos en el documento señalaron que les preocupa grandemente la violación del sagrado derecho a la vida desde sus inicios. La vida, ese don supremo de Dios, es amenazada desde el mismo seno materno así como también por el creciente clima de violencia -
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