Estados Unidos confirmó este ayer que ya no quedan migrantes, en su mayoría haitianos, en un campamento improvisado hace semanas bajo un puente de la frontera con México, que abrió un nuevo capítulo en la crisis migratoria que afronta el presidente Joe Biden desde su llegada a la Casa Blanca.
El secretario de Seguridad Nacional (DHS, por su sigla en inglés) de EE.UU., Alejandro Mayorkas, anunció en un conferencia de prensa en la Casa Blanca que "ya no hay migrantes en el campamento debajo del puente" de la localidad de Del Río, por donde han pasado desde el 9 de septiembre unas 30.000 personas, con hasta 15.000 el día que más hubo.
A Del Río, en el estado de Texas, llegaron este mes miles de migrantes, en su mayoría haitianos, que atravesaban a pie el río Bravo y se concentraron en un campamento instalado debajo de un puente que conecta con Ciudad Acuña, en territorio mexicano.
Se trató de la llegada masiva "sin precedentes" de un gran número de personas a un solo punto de la frontera en cuestión de pocos días, dijo.
En ese contexto, confirmó que su departamento ha organizado hasta la fecha 17 vuelos de expulsión con destino a Haití, en los que fueron trasladadas unas 2.000 personas.
Otros 8.000 de estos migrantes decidieron volver "de manera voluntaria" a México y unos 5.000 están siendo procesados para determinar si son expulsados o afrontarán un proceso de deportación.
Además, 12.400 migrantes podrán someter su caso ante un juez de inmigración para determinar si se les permite permanecer en Estados Unidos.
El secretario, que tiene a cargo la protección de las fronteras y el sistema de inmigración estadounidense, indicó que han empezado a trasladar a las personas que serán procesadas a otros centros de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, en inglés) a lo largo la frontera.
Mayorkas sentenció, sin embargo, que los migrantes que ingresen de forma irregular seguirán siendo expulsados al amparo del Título 42, una polémica norma que permite las expulsiones inmediatas de los indocumentados bajo el pretexto de la salud pública, en este caso la pandemia de la covid-19.
"Estamos haciendo esto por una necesidad de salud pública", argumentó en respuesta a los reporteros, y defendió que no se comportan "de manera inmoral" o "poco ética".
También puntualizó que pese al "devastador" terremoto que asoló Haití el pasado 14 de agosto, que causó más de 2.200 muertes, ese país está en capacidad de recibir a esas personas.
Aseguró igualmente trabajan con las autoridades de ese país y las agencias de ayuda humanitaria para garantizar que el retorno de estos migrantes sea "lo más seguro y humano posible".
También aludió a la imágenes "perturbadoras" en las que agentes de la Patrulla Fronteriza subidos a caballo hostigan a migrantes y confirmó que han iniciado una investigación, cuyos resultado que prometió hacer "públicos".
"El Departamento no tolera ningún maltrato a ningún migrante y no tolerará ninguna violación de sus valores, principios y ética", afirmó Mayorkas.
Horas antes, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, asumía su responsabilidad en los casos "intolerables" de maltrato a migrantes en la frontera con México y prometió que habrá "consecuencias" hacia quienes los cometieron.
En declaraciones a los periodistas tras un discurso sobre el proceso de vacunación contra la covid-19, el presidente reconoció que fue "horrible" ver las imágenes de agentes fronterizos persiguiendo desde sus caballos a migrantes o agrediéndoles con correas.
Además, reconoció que es lo sucedido es una "vergüenza", pero además es "peligroso y está mal".
Por su parte, Mayorkas se quejó de estar lidiando con un sistema de inmigración "roto" y defendió la reforma migratoria que quiere impulsar el Gobierno de Biden.
Una reforma que permitiría regularizar a unos ocho millones de indocumentados que residen en el país, pero que ha quedado en el limbo después de que fuera excluida del plan de gasto social de 3,5 billones de dólares que los demócratas buscan aprobar en el Congreso sin el apoyo de los conservadores.
En esa línea, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, se quejó este viernes que haya "muchos republicanos dando discursos sobre lo indignados que están por la situación en la frontera", cuando después son muy pocos los que proponen soluciones.
En un comunicado, la presidenta del Comité Nacional Republicano, Ronna McDaniel, criticó que la frontera sur esté "abierta de par en par" e indicó que las "fallidas" políticas de Biden "no están funcionando" .
Ya meses atrás Biden tuvo que hacer frente a la llegada masiva de menores no acompañados a la frontera y de adultos indocumentados.
Para estos últimos, la Casa Blanca puso marcha vuelos de deportación a México. DE EFE
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