PUERTO PRINCIPE.- La capital de Haití continúa sumida en la violencia con muertes, secuestros y saqueos, a pesar de una ligera disminución en los niveles de violencia en los últimos días.
Los enfrentamientos y tiroteos entre bandas armadas y la policía han provocado caos en lugares como los jardines de Champ de Mars, cerca del Palacio Nacional, donde la gente corre para escapar de los disparos y las actividades están paralizadas.
Ante las problemáticas se reportaron al menos dos muertes en la zona metropolitana de la ciudad, mientras que en el sector de Pétion-Ville se encontraron cuatro cadáveres, aparentemente víctimas de disparos.
Además de un intento fallido de una poderosa banda armada de asaltar el Palacio Nacional el lunes resultando al menos cinco policías heridos.
La coalición de bandas armadas liderada por el ex policía Jimmy Cherizier, alias Barbacue, perpetró el ataque, que fue repelido por la Policía Nacional Haitiana con el apoyo de unidades de seguridad del Palacio.
Durante el intento de posicionamiento del Palacio Nacional, al menos cinco policías resultaron heridos, uno de ellos de gravedad.
Los atacantes también incendiaron un vehículo blindado policial que se había averiado en los alrededores del Palacio Nacional.
Asimismo, bandidos invadieron el parque industrial de Digneron, en Croix-des-Bouquets, prendiendo fuego a una superficie de 96,000 metros cuadrados, almacén que contenía materias primas.
De acuerdo al diario haitiano Le Nouvelliste, los bandidos irrumpieron en el edificio de producción de 200,000 pies cuadrados, donde destruyeron las oficinas y también mucha maquinaria industrial, dijo Georges B. Sassine, expresidente de la Asociación de Industrias de Haití (ADIH).
El Parque Industrial Digneron se suma a la lista de empresas, escuelas, hospitales, farmacias, casas, garajes, etc. vandalizados e incendiados por bandas armadas, mientras el país, sin un gobierno real desde hace un mes, está en piloto automático.
La falta de liderazgo político, con el primer ministro Ariel Henry fuera del país y enfrentando demandas de renuncia por parte de las pandillas, ha contribuido a la inestabilidad.
La ONU ha descrito la situación en Haití como un «cataclismo», con más de 1,500 muertos en los primeros tres meses del año a manos de grupos armados. Más de 5.5 millones de personas necesitan ayuda humanitaria, más de 362,000 están desplazadas y más del 50% de la población enfrenta problemas para alimentarse.
Las escuelas en el área metropolitana de Puerto Príncipe han estado cerradas durante un mes debido a la crisis y la inseguridad.
La preocupación por la situación en Haití se ha extendido a nivel internacional, con el papa Francisco pidiendo el cese de la violencia y el avance hacia la democracia y la fraternidad en el país.
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