Los jueces del Primer Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, condenaron a 20 años de prisión a mujer, tras ser hallada culpable de violar a una niña de cinco años a quien cuidaba en la casa de sus padres.
El tribunal presidido por la magistrada Giselle Méndez Álvarez, condenó a Clara del Carmen Red Jiménez, de 46 años de edad, por violar vaginal y analmente a la menor, cuyo nombre se omite por razones legales, a quien amenazaba para que no le contara a su madre.
El tribunal integrado, además, por los jueces July Tamary y Felipe Molina, condenó a Red Jiménez, al pago de una indemnización de dos millones de pesos a favor de los familiares de la menor, como justa reparación por los daños morales y materiales sufridos como consecuencia de la acción cometida.
Los jueces tomaron la decisión, tras acoger el dictamen del Ministerio Público quien había pedido al tribunal declarar culpable a la imputada, por haber cometido el crimen de violación sexual y abuso sicológico, en perjuicio de la niña, hechos previstos y sancionados en el artículo 331 del Código Penal y el articulo 396, letra b, de la Ley 136-03, código para la protección de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes, al haber sido probada la acusación.
Luego de la imputada escuchar el falló, a su salida del tribunal, vociferó a la madre de la menor “ojalá que los tigres del barrio te violen tu hija menor“.
Y en forma violenta le dio una patada a un oficial de la Policía Judicial, momento en que éste la traslada a la cárcel preventiva del Palacio de Justicia, de Ciudad Nueva.
De acuerdo a la acusación presentada por el Ministerio Público, violó sexualmente en reiteradas ocasiones a la niña, penetrándole sexualmente los dedos y otros objetos analmente.
La pieza acusatoria agrega que la familia de la niña se dio cuenta de que estaba siendo violada, después que su abuela bañara a su nieta y notó que su vulva estaba enrojecida.
La fiscalía en la acusación señala que en esos momentos la niña le dijo a su madre y a su abuela que “Carmen”, persona de confianza y empleada de la casa, le ponía los dedos en su vulva y en su ano.
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