Mary Custodio, de 17 años, aún siente un intenso dolor en su vagina. Lleva dos días en el hospital Antonio Musa de San Pedro de Macoris, donde fue ingresada con quemaduras en sus genitales luego que su ex marido, Yonathan Solís, de 24 años, le rociara ácido muriático.
La Policía relató que el agresor la amarró a una silla para rociarle una sustancia cauterizante y confesó que lo hizo porque ella no quería seguir relacionándose con él debido a la violencia con que la trataba.
Este conmovedor suceso ocurrió el pasado lunes, pero un día después, en San Felipe, Villa Mella, de Santo Domingo Este, otro hombre celoso disparó en la vagina a su ex mujer, Cristina Troncoso, de 22 años, pero ella se defendió y la bala sólo le rozó el muslo derecho. Una semana antes, un sujeto identificado como Jaime Herminio Germosén agredió a batazos a Grisel Bonilla. en Santiago, y luego la lanzó de una cuarta planta.
Los casos de Mary, Cristina y Grisel son apenas tres eslabones recientes de la larga cadena de agresiones, heridas, mutilaciones y maltratos que han sufrido unas 3,500 mujeres durante el año que transcurre, como secuencia de la violencia machista. Pero afortunadamente ellas sobrevivieron, contrario a otras 146 mujeres que han sido asesinadas en el país, mayormente por sus parejas o ex parejas, desde el primero de enero hasta ayer 13 octubre.
Tragedia nacional
Los feminicidios y las agresiones a mujeres se han convertido en las peores estadísticas noticiosas en República Dominicana en los últimos seis años, hasta el punto que algunos han calificado la situación de “tragedia nacional”.
Los feminicidios y las agresiones a mujeres se han convertido en las peores estadísticas noticiosas en República Dominicana en los últimos seis años, hasta el punto que algunos han calificado la situación de “tragedia nacional”.
Según levantamientos de los observatorios de Ejercicio Ciudadano de las Mujeres y Femicidios de la UASD, en los primeros nueve meses del año hubo 142 femenicidios, pero hay que agregar otras cuatro muertes ocurridas esta semana.
En por lo menos 42 casos, las víctimas habían llegado a hacer denuncias. La muerte fue sólo el desenlace de la secuela de agresiones físicas con armas de fuego, cuchillos, garrotes y otros objetos, que dejaron mutiladas y con lesiones permanentes a decenas de estas madres antes de que fueran asesinadas.
Aunque las denuncias de agresiones, hostigamientos, ataques e intento de femenicidios sobrepasan de 3,500, según los reportes de las fiscalías y los cuarteles policiales de todo el país, la procuradora general adjunta para Asuntos de la Mujer, Roxanna Reyes, estimó que el 80% de las agresiones y las golpeaduras permanecen en silencio.
Desde que el ex fiscal José Manuel Hernández Peguero, creo las fiscalías especiales de protección a la mujer y contra la violencia de género en el año 2006, más de 4,000 maridos violentos han sido procesados, amonestados y sometidos a terapia en el Distrito Nacional, y un número mayor en las provincias Santo Domingo, Santiago y San Francisco de Macorís. El mayor número de condenas, 50 de ellas a 20 y 30 años, se han producido en la provincia Santo Domingo.
En ocho de cada diez de los 145 femenicidios registrados este año, el presunto agresor resultó el marido o ex pareja de la víctima, siendo uno de los daños colaterales más dramáticos la cantidad de niños, niñas y adolescentes que han quedado brutalmente huérfanos: 368 hijas e hijos perdieron a su madre como consecuencia de la violencia de género, de los cuales alrededor de 280 son menores de edad. El mismo Hernández Peguero ha pedido al gobierno que designe un fondo especial para ofrecer protección, educación y cuidado mental a niños sin padres y traumatizados.
“Es necesario considerar a la violencia intrafamiliar como una cuestión política, social, cultural y de derechos humanos, de manera que podamos apreciar la gravedad de la situación que viven las mujeres y sus hijos en la República Dominicana como una realidad colectiva ante la que se tiene que actuar de manera inmediata”, declaró ayer el procurador general, Francisco Domínguez Brito.
Si se comparan las estadísticas de los últimos seis años se nota un ascenso sostenido de los femenicidios, de 190 en 2005 hasta 231 en 2011, aunque se proyecta afortunadamente que para este 2012 la cifra no supere los 200 casos.
De todos modos las muertes de tantas madres indefensas sigue siendo “una tragedia nacional”, dijo Sergia Galván, directora de la Colectiva Mujer y Salud, mientras que organismos internacionales consideran a República Dominicana como uno de los países con mayor número de feminicidios al año en América Latina y el Caribe.
Indefensas
En los últimos días, se presentó otra vez un video en el que aparece la señora Miguelina Rodríguez, de Pueblo Nuevo, Santiago, denunciado las agresiones y las golpizas que le propinaba su marido, quien finalmente la asesinó a puñaladas en un salón de belleza, como una muestra de los recursos desesperados que tuvo que utilizar esta mujer ante la inacción judicial luego de 115 denuncias en contra de su agresor.
En los últimos días, se presentó otra vez un video en el que aparece la señora Miguelina Rodríguez, de Pueblo Nuevo, Santiago, denunciado las agresiones y las golpizas que le propinaba su marido, quien finalmente la asesinó a puñaladas en un salón de belleza, como una muestra de los recursos desesperados que tuvo que utilizar esta mujer ante la inacción judicial luego de 115 denuncias en contra de su agresor.
El hecho, tan conmevedor como irreparable, puso en primer plano la impunidad con la que pueden actuar perpetradores de la violencia machista. Los femicidios son la expresión más extrema de ese problema social y la muestra más dramática de cómo el Estado no llega a proteger a tiempo a muchas de las víctimas.
LAS VÍCTIMAS TENÍAN EDADES ENTRE 13 Y 45
Al menos en 31 de los feminicidios del primer semestre del año, las víctimas habían hecho denuncias.
Es decir, que trataron de romper el llamado “círculo de la violencia”. En doce, los agresores tenían orden de exclusión del hogar o prohibición de acercarse a la víctima, dictada por la Justicia, pero la medida –quedó en evidencia– no fue suficiente para evitar que las volvieran a agredir hasta matarlas.
De 120 femicidios publicados en los medios nacionales, en 68 el presunto asesino fue el esposo o el novio; en 24, una ex pareja, es decir que la mayoría fueron cometidos por el marido o el ex.
En los demás casos, las muertes fueron perpetradas aparentemente por otros familiares, vecinos, mujeres rivales o desconocidos.
En 43 casos, las muertes se produjeron en vivienda compartida con el feminicida y en 32 en la casa de la víctima, 45 femicidios tuvieron lugar en la calle. La mayor parte de las asesinadas fruto de la violencia machista tenían entre 13 y 45 años.
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