Cuando las bombas de expendio de carburantes adecuen sus dispensadores a estos tiempos, los combustibles se venderán con mayores controles a la ciudadanía, aseguró ayer el director del Instituto Dominicano de la Calidad (Indocal).
“La verdad es que la solución definitiva es adecuar esos equipos. Ya hay una buena parte de las bombas que están utilizando el sistema Coriolis, que le da magnitud de la masa y la del volumen simultáneamente, que dice la temperatura, la presión y la densidad del producto”, dijo Manuel Guerrero.
Precisó que aún existe una cantidad de bombas, las cuales no citó, donde la ciudadanía no tiene garantía de que la cantidad de galones que paga se corresponde con la cantidad que marcan los equipos.
El funcionario habló en el encuentro con la prensa que realiza cada lunes la Dirección de Comunicación (Dicom) en el Salón Orlando Martínez del Palacio Nacional.
En ese sentido instó a la ciudadanía a visitar esos comercios que se han ido adecuando, los cuales darán conocer a través de la página de Inducal.
“Nosotros vamos a esas bombas y efectivamente calibramos y corregimos, pero son instrumentos manipulables. Los países desarrollados que han optado por este tipo de instrumentos que son inviolables, duran diez años sin necesidad de calibración”, agregó.
Manifestó que es difícil andar detrás de estos comercios, tras citar que los técnicos de Inducal arreglan los equipos y desde que dan la espalda, los dueños vuelven y los manipulan a su acomodo.
Explicó que la mayoría de las estaciones tienen un dispensador de desplazamiento positivo, lo que quiere decir que trabaja a una velocidad constante y si el operador de la manguera presiona demasiado y acelera, el cliente recibe menos aunque se refleje la cantidad de galón que quiere comprar, sin embardo si el llenado se aplica lento, entonces la pérdida es para el comerciante.
“No podemos estar a expensas del manejo de la manipulación”, puntualizó.
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