SANTO DOMINGO. El enfrentamiento que hoy día sostienen el oficialismo y la oposición por la escogencia de los nuevos integrantes de la Junta Central Electoral (JCE), se asemeja al escenario que libraron los partidos en 1998, cuando fue conformado el organismo de elecciones tildado de perredeísta.
En esa oportunidad, la lucha la sostenían el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), con el apoyo de los reformistas, contra los opositores perredeístas que tenían control absoluto en el Senado de la República. Eran 24 senadores, del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), 4 del PLD y dos del reformismo.
Durante una sesión rápida y sorprendente, los perredeístas designaron el 20 de agosto de 1998, de manera unilateral, una nueva JCE, integrada por Manuel Ramón Morel Cerda, presidente; y Luis Arias, Salvador Ramos, Luis Ramón Cordero y Ana Teresa Pérez, como miembros. Esa designación fue criticada por los peledeístas y reformistas, principalmente por la designación de Morel Cerda, a quien vinculaban al PRD, por haber formado parte de la barra de abogados defensores en el juicio contra el expresidente Salvador Jorge Blanco, en el 1987.
La situación llegó a tales extremos que el entonces presidente de la República, Leonel Fernández, le retiró a la Junta los recursos económicos de ley, y también se registró una campaña de descrédito al proceso de cedulación y la conformación del padrón fotográfico a utilizarse en las elecciones del 2000.
Como parte del rechazo, Fernández y el expresidente Joaquín Balaguer, mediante un comunicado dado a conocer el 25 de agosto de 1998, advirtieron al país que la elección unilateral de los jueces de la JCE hacía perder toda confianza y credibilidad en el organismo electoral, con lo cual se producía una situación perniciosa para el futuro de la democracia dominicana.
Consideraban que era un deber moral de los jueces designados presentar sus renuncias, ya que, al no confiarse en su imparcialidad para arbitrar el proceso electoral, carecían de legitimidad.
“Apelamos al buen juicio y a la sensatez del Partido Revolucionario Dominicano, a los fines de procurar, de manera conjunta, una solución armoniosa a un problema que los dominicanos hemos demostrado tener la madurez y el sentido de responsabilidad necesario para resolverlo”, indicaron en ese entonces.
A 18 años de esa situación, se viven momentos similares, aunque con un cambio de actores. La oposición argumenta que los oficialistas quieren imponer su propia Junta, y los reclamos van dirigidos a que se designe un árbitro imparcial.
El bloque opositor encabezado por los partidos Revolucionario Moderno (PRM) y Reformista Social Cristiano (PRSC), junto a otras fuerzas políticas, acusan al PLD de estar detrás de la inscripción de la candidatura de Roberto Rosario en el Senado de la República para que repita en el cargo como presidente de la JCE.
Las diferencias generadas entre los partidos, por el tema de la conformación de la Junta, provocó el rompimiento del diálogo que, bajo la coordinación de monseñor Agripino Núñez Collado, busca un consenso en procura de elaborar una Ley de Partidos y de Régimen Electoral. El diálogo estará suspendido hasta que los partidos logren ponerse de acuerdo.
En medio de los cuestionamientos, el senador Dionis Sánchez, presidente de la comisión especial del Senado a cargo de la selección de los nuevos miembros de la JCE, rechazó las acusaciones de los partidos de oposición de que existe un plan por parte del partido oficial para escoger nuevamente a Rosario y a los demás miembros de ese organismo...........Del proceso de conformación
Los actuales miembros de la JCE cesaron en sus funciones el pasado 16 de agosto. Como parte del proceso para la conformación del organismo de elecciones, el Senado está llevando a cabo un proceso de inscripción de candidatos, el cual culminará el próximo viernes. Hasta el momento, cerca de 200 expedientes de aspirantes han sido depositados.FUENTE DIARIO LIBRE
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