Cuando a mediados del 2018 entre al sistema eléctrico dominicano la central Punta Catalina y sus 720 megavatios, automáticamente saldrán del sistema un grupo de plantas que generan a base de fuel oil y que producen a un costo superior en más del 100% del esperado para la unidad en construcción.La nueva termoeléctrica, que generará a base de carbón mineral, producirá un ahorro de costo al sistema calculado por las autoridades eléctricas en alrededor de US$441 millones anuales.
Además de retirar del mercado a por lo menos siete generadoras, por su nivel de obsolescencia e ineficiencia, Punta Catalina obligará que las nuevas inversiones en generación que se hagan en el país sean económicamente competitivas.
Su proyectado costo de generación de 7.5 centavos de dólar, equivalente al 50% del promedio actual del sistema, deberá ser un referente para que cualquier nuevo proyecto que se construya en el país pueda tener mérito para vender energía.
Por falta de méritos, en términos de costo de generación, la entrada de Punta Catalina sacaría del mercado unas siete centrales compuestas por 11 plantas, con una capacidad nominal consolidada de generación de 879.99 megavatios.
En una presentación técnica realizada entre autoridades del sector eléctrico, para medir el impacto de la termoeléctrica que se construye en Punta Catalina, en el municipio Baní, se citaron varios escenarios y las posibles generadoras a ser retiradas del mercado de suplidores de energía a las distribuidoras de electricidad.
Las que se apagarían
Esas centrales termoeléctricas son, según esa presentación, Monte Río, Palamara, La Vega, Estrella del Mar, Los Orígenes, CESPM y Pimentel.
De ese grupo, el mayor volumen de generación le corresponde a CESPM, con tres unidades cada una de 100 megas generados a base de fuel oil número 2, seguida de Pimentel, que también tiene tres unidades pequeñas que producen en conjunto 112.2 megas.
Palamara -que junto a la generadora La Vega integran el grupo GVLV y son los remanentes de la presencia en el país del grupo español Unión Fenosa- es otra mediana termoeléctrica con vocación a ser desplazada por Punta Catalina. Produce nominalmente 107 megas, en tanto que en igual tamaño y condición se inscribe la central Estrella del Mar, empresa de tecnología ciclo combinado que produce a base de gas natural y fuel oil número 6. Su capacidad nominal de generación es de 108 megavatios.
Las otras dos centrales termoeléctricas que estarían en lista de retiro una vez inicie Punta Catalina serían Los Orígenes y La Verga, con 60.69 y 92 megavatios de capacidad nominal de generación, respectivamente.
Ese grupo de generadoras tiene como común denominador que son plantas movidas con fuel oil, el combustible de generación más caro, y que son antiguas, condición que las convierte en menos eficientes. Por eso su desventaja competitiva.
Esos elementos fueron citados el pasado lunes por el presidente Danilo Medina cuando en el discurso de rendición de cuentas del año 2016, se refirió al proyecto Punta Catalina y a las razones por las que hay tanta oposición a su construcción por parte del Gobierno.
Argumentos del presidente
“Permítanme ser bien claro en esto. En la actual situación, como en todos los casos en los que no hay verdadera competencia, siempre hay unos pocos que se benefician. Y algunos de ellos son ahora los que se apresuran a decir que se pare Punta Catalina”, dijo el mandatario, por primera vez aludiendo directamente las causas que según su apreciación, motivan la oposición a la megaobra, el mayor proyecto de su sector realizado en el país.
Punta Catalina, que está llamada a aportar el 60% de la demanda de potencia que necesitará el país en materia energética hasta el 2030, con un crecimiento promedio estimado de 3.2% anual, tiene un costo de alrededor de US$2,045 millones. La obra está en términos generales en un 70% de ejecución.
“Tomen nota: Cuanto la central de Punta Catalina entre en operación a plena capacidad generará 5.5 millones de megavatios/hora, el equivalente a un poco más de la tercera parte de la demanda anual proyectada para el año 2018 en el país”, dijo el presidente Medina el lunes. Y ahora lo más importante: Punta Catalina generará esa energía a un costo de 7.5 centavos de dólar el kilovatio/hora”, puntualizó. Y ¿qué implica eso?, preguntó para inmediatamente responder: “Muy sencillo, para aquellos que han facturado durante años al pueblo dominicano una de las energías más caras de América Latina, supondrá pérdidas millonarias, o mejor dicho, dejarán de ganar millones de dólares”.
Recordó que “estamos hablando de un mercado de más de 600 millones de dólares al año. Ese, pueblo dominicano que me escucha, ese es el problema que para algunos tiene Punta Catalina. Por eso, cuando escuchamos “paren Punta Catalina” debemos ser prudentes y saber qué significan esas palabras”, expuso.
Medina dijo que en su calidad de presidente de la República, “mi obligación es actuar con responsabilidad y de acuerdo a los intereses legítimos del pueblo dominicano”. Tienen mi promesa solemne de que en este caso, como en todos los demás, decidiré de acuerdo a los intereses de nuestra Patria y de nadie más”.
Además de retirar del mercado a por lo menos siete generadoras, por su nivel de obsolescencia e ineficiencia, Punta Catalina obligará que las nuevas inversiones en generación que se hagan en el país sean económicamente competitivas.
Su proyectado costo de generación de 7.5 centavos de dólar, equivalente al 50% del promedio actual del sistema, deberá ser un referente para que cualquier nuevo proyecto que se construya en el país pueda tener mérito para vender energía.
Por falta de méritos, en términos de costo de generación, la entrada de Punta Catalina sacaría del mercado unas siete centrales compuestas por 11 plantas, con una capacidad nominal consolidada de generación de 879.99 megavatios.
En una presentación técnica realizada entre autoridades del sector eléctrico, para medir el impacto de la termoeléctrica que se construye en Punta Catalina, en el municipio Baní, se citaron varios escenarios y las posibles generadoras a ser retiradas del mercado de suplidores de energía a las distribuidoras de electricidad.
Las que se apagarían
Esas centrales termoeléctricas son, según esa presentación, Monte Río, Palamara, La Vega, Estrella del Mar, Los Orígenes, CESPM y Pimentel.
De ese grupo, el mayor volumen de generación le corresponde a CESPM, con tres unidades cada una de 100 megas generados a base de fuel oil número 2, seguida de Pimentel, que también tiene tres unidades pequeñas que producen en conjunto 112.2 megas.
Palamara -que junto a la generadora La Vega integran el grupo GVLV y son los remanentes de la presencia en el país del grupo español Unión Fenosa- es otra mediana termoeléctrica con vocación a ser desplazada por Punta Catalina. Produce nominalmente 107 megas, en tanto que en igual tamaño y condición se inscribe la central Estrella del Mar, empresa de tecnología ciclo combinado que produce a base de gas natural y fuel oil número 6. Su capacidad nominal de generación es de 108 megavatios.
Las otras dos centrales termoeléctricas que estarían en lista de retiro una vez inicie Punta Catalina serían Los Orígenes y La Verga, con 60.69 y 92 megavatios de capacidad nominal de generación, respectivamente.
Ese grupo de generadoras tiene como común denominador que son plantas movidas con fuel oil, el combustible de generación más caro, y que son antiguas, condición que las convierte en menos eficientes. Por eso su desventaja competitiva.
Esos elementos fueron citados el pasado lunes por el presidente Danilo Medina cuando en el discurso de rendición de cuentas del año 2016, se refirió al proyecto Punta Catalina y a las razones por las que hay tanta oposición a su construcción por parte del Gobierno.
Argumentos del presidente
“Permítanme ser bien claro en esto. En la actual situación, como en todos los casos en los que no hay verdadera competencia, siempre hay unos pocos que se benefician. Y algunos de ellos son ahora los que se apresuran a decir que se pare Punta Catalina”, dijo el mandatario, por primera vez aludiendo directamente las causas que según su apreciación, motivan la oposición a la megaobra, el mayor proyecto de su sector realizado en el país.
Punta Catalina, que está llamada a aportar el 60% de la demanda de potencia que necesitará el país en materia energética hasta el 2030, con un crecimiento promedio estimado de 3.2% anual, tiene un costo de alrededor de US$2,045 millones. La obra está en términos generales en un 70% de ejecución.
“Tomen nota: Cuanto la central de Punta Catalina entre en operación a plena capacidad generará 5.5 millones de megavatios/hora, el equivalente a un poco más de la tercera parte de la demanda anual proyectada para el año 2018 en el país”, dijo el presidente Medina el lunes. Y ahora lo más importante: Punta Catalina generará esa energía a un costo de 7.5 centavos de dólar el kilovatio/hora”, puntualizó. Y ¿qué implica eso?, preguntó para inmediatamente responder: “Muy sencillo, para aquellos que han facturado durante años al pueblo dominicano una de las energías más caras de América Latina, supondrá pérdidas millonarias, o mejor dicho, dejarán de ganar millones de dólares”.
Recordó que “estamos hablando de un mercado de más de 600 millones de dólares al año. Ese, pueblo dominicano que me escucha, ese es el problema que para algunos tiene Punta Catalina. Por eso, cuando escuchamos “paren Punta Catalina” debemos ser prudentes y saber qué significan esas palabras”, expuso.
Medina dijo que en su calidad de presidente de la República, “mi obligación es actuar con responsabilidad y de acuerdo a los intereses legítimos del pueblo dominicano”. Tienen mi promesa solemne de que en este caso, como en todos los demás, decidiré de acuerdo a los intereses de nuestra Patria y de nadie más”.
Cambiará la matriz de generación del país
Además del aspecto de reducción de costo del sistema, Punta Catalina también contribuirá a diversificar la matriz de generación del país, haciéndola menos dependiente del petróleo, que a la fecha representa el 49% de la capacidad instalada. Las hidroeléctricas, que utilizan agua como materia prima para generar, representan el 17% de la capacidad instalada de generación, el gas natural participa en un 15.6%, el carbón mineral representa el 8.6% y el viento y el sol tienen una ponderación de 3.8 y 0.8 por ciento, respectivamente. Gas natural y fuel oil número 6 combinados representan el 4.8% de la matriz energética instalada en el país, a finales del año pasado. Según opinó el ministro de Energía y Minas, Antonio Isa Conde, el impacto de las plantas de Punta Catalina no será sólo en reducción de precios, sino que obligará a ser eficientes a las unidades de generación del sector privado que quieran permanecer en el mercado. “Al colocarse entre los primeros lugares –algo inevitable por su precio y eficiencia- Punta Catalina será una verdadera revolución en el mercado eléctrico de la República Dominicana”, apuntó.FUENTE EL CARIBE
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