Tres días tuvieron que pasar y dos buzos “empíricos” tuvieron que llegar para que se recuperara en el mar Caribe el automóvil Kia Río color blanco, en el que se presume viajaba la pareja estadounidense reportada como desaparecida el 27 de marzo de este año.
El fuerte oleaje de la zona (kilómetro 19 de la autopista Las Américas), el miedo de algunos buzos a la peligrosidad de estas aguas y la poca resistencia del cable de la grúa que se utilizó para sacar el automóvil, imposibilitaron una operación más ágil.
Entre la vista de curiosos y los comentarios de los moradores del lugar, la mañana del viernes los agentes de las direcciones General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (Digesett) y de la Central de Investigaciones Criminales (Dicrim), contrataron a dos buzos que pescaban por la zona y les ofrecieron una “chiripita” para que se adentraran en las bravías aguas del mar Caribe y sacaran el automóvil.
Y lo pudieron lograr. Luego de que los dos jóvenes bajaran hacia el arrecife y confirmaran que en el fondo había restos de un automóvil, los agentes empezaron las maquinaciones para extraer el vehículo.
Alberto de los Santos fue uno de los buzos que participó en el rescate. Una vez controlado el objetivo, ató un galón de plástico al chasis para identificar la parte exacta donde estaba sumergido el vehículo.
Mientras que Alison de los Santos, se sumergió para poder amarrar el automóvil del cable de la grúa.
Luego de una hora, los también pescadores engancharon a la grúa los restos del amortiguador, empezando así la extracción con éxito.
Luego de varios minutos se pudo ver ascender el chasis, pero en uno de los movimientos bruscos del oleaje la cuerda se soltó y extrajo el amortiguador, dejando a los agentes frustrados y molestos, e incluso a los buzos desanimados.
Tras tener una conversación con Alison y Alberto, los agentes volvieron a organizarse y pusieron en marcha el rescate del automóvil, la carretera se llenó de mirones residentes en lugares aledaños de la zona del kilómetro 19 de Las Américas.
Los buzos duraron bastante tiempo para llegar al arrecife con las olas del mar bastante altas. Al final, Alberto decidió desistir, se sentó en una de las rocas, mientras que Alison, sin miedo a nada se adentró en contra de la corriente y ató de nuevo el carro. Enseguida la grúa empezó a halar ante la vista de todos, cuando la carrocería estuvo afuera, la gente rodeó el lugar. Todos interesados en saber lo que sucedía.
Sin perder tiempo, el equipo de Digesett subió el vehículo en una grúa, lo ató y lo llevó hacia el departamento del Dicrim.
Las autoridades ahora investigan si este vehículo fue el que alquilaron Orlando Moore, de 40 años, y Portia Ravenelle, de 52 años, quienes vinieron al país el 23 de marzo para durar unos días de vacaciones en Samaná, al nordeste de República Dominicana, y debieron llegar a Estados Unidos el 27 del referido mes.
De acuerdo a las autoridades, Ravenelle fue encontrada en la autopista Las Américas y llevada al hospital Darío Contreras, donde falleció el cuatro de abril. Sobre Moore, las autoridades, incluido el FBI, están a la espera de verificar si un cuerpo hallado el 31 de marzo en el mar, pertenece a este hombre.
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