Un incendio que inició pasada las 6:30 de la tarde en un almacén de la planta envasadora de gas Tropigas, ubicada entre la avenida Roberto Pastoriza esquina Padre Emiliano Tardif, mantuvo en pánico a los moradores del sector Evaristo Morales por más de una hora, hasta que los bomberos del Distrito Nacional lograron sofocar lo que parecían “las llamas del infierno”.
Ya entrando las 7:00 de la noche tres unidades más de bomberos llegaron al lugar y se unieron a las otras tres que trataban de apagar el siniestro. Los empleados de la planta de gas usaron una manguera auxiliar para unirse a la labor y combatir el fuego.
Con las seis unidades de bomberos parecía que el siniestro sucumbiría, pero al abrir la puerta del almacén las llamas cobraron vida y se hizo necesario abrir otra de las bombas auxiliares con que cuenta la planta.
Varios agentes de la Policía Nacional llegaron a la zona y rodearon la cuadra de la planta envasadora para desviar el tránsito, lo que provocó el entaponamiento que hasta pasada las 8:30 de la noche se mantenía.
Curiosos observaban desde lejos y otros más osados se acercaban al incendio para grabar con sus celulares lo que en principio se pensó podría acabar en desgracias mayores, pero no pasó de un mero susto colectivo.
El vicepresidente ejecutivo de Tropigas, Carlos José Martínez, explicó que el incendió se produjo después de que unos alambres de un poste de energía hicieran corto circuito y al derretirse la goma que los cubre calleron dentro del almacén, lugar donde se guardan equipos y herramientas de la planta, además de gomas y tanques auxiliares.
Ya todo está bajo control. Yo mismo abrí una de las bombas auxiliares que tenemos y gracias a Dios esto no terminó en desgracia”, explicó Martínez.
Paticas pa' que te tengo
Una señora que reside en uno de los edificios frente a la planta de gas contó que al ver la humareda entrar por su ventana soltó todo lo que tenía en mano y salió corriendo fuera.
“Yo noté el humo que está entrando a mi casa y cuando miro por la ventana veo el almacén de la planta prendido en fuego. Ya usted sabe... salí huyendo porque prefiero que se queme todo y no yo”, narró la señora todavía sofocada por al carrera.
Al igual que esta ciudadana, otras familias cercanas a la zona abandonaron sus casas y salieron a las calles para que, según ellos, “cualquier explosión no nos agarre de sorpresa”.
Curiosos se subían en los techos de las edificaciones cercanas, pero ninguno se atrevió entrar en la planta.
Pasada las ocho de la noche el siniestro estaba bajo control y lo que pudo terminar en una tragedia lamentable, concluyó como “un susto de marca mayor
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