La proliferación de construcción de Torres en la cercanía de de las edificaciones de las Fuerzas Armadas comienza a preocupar a los militares, en el entendido de que desde altos edificios se puede espiar las actividades que en el ámbito de seguridad nacional realiza este organismo. Sin embargo para sorpresa de los investigadores los propietarios e inquilinos de esas torres son portentosos generales de los cuerpos castrenses y policiales, así y funcionarios a todos los niveles del gobierno. Aunque hay una ley que prohíbe las construcciones de estas magnitudes alrededor de esta institución y otros organismos de seguridad del Estado se desconoce la forma en que las constructoras que tienen a su cargo levantar estas edificaciones se la ingeniaron para violar la misma y obtener los permisos correspondientes.
Una fuente de entero crédito ligada a las Fuerzas Armadas dijo que desde esas altas edificaciones cualquier franco tirador se puede apostar y atentar contra la vida de cualquier personalidad, funcionario o alto militar que se encuentre en el interior de ese recinto militar.
De igual manera señala que desde las alturas cualquier persona puede monitorear las actividades que realizan las instituciones militares en ese lugar.
En ese mismo sentido los helicópteros que aterrizan en el helipuerto de ese organismo militar confortan dificultades para realizar aterrizaje debido a la poca visión de la zona.
Ante tales situaciones las Fuerzas Armadas se han visto en la obligación de estar alerta ante sus vecinos y observar todos los movimientos que desde allí se desarrollan con el fin de tener un mayor control de su seguridad.
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